SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Además, las abejas son un auténtico regalo de la naturaleza, porque nos proporcionan tres fuentes de salud naturales que superan a los más elaborados complementos alimenticios artificiales: miel, jalea real y propóleo o própolis.
Siempre y cuando nos los recomiende el médico y tomados en la dosis adecuada, estos productos nos aportan un sinfín de beneficios. Sorpréndete de todas sus propiedades.
Miel
Las abejas elaboran la miel para asegurarse la subsistencia durante el invierno. La crean ingiriendo el néctar de determinadas flores, a los que añaden sustancias propias de su organismo (enzimas).
Hay diferentes clases de miel, según sea su origen vegetal, antigüedad o la época de recolección, lo que dota a cada tipo de un sabor, color, olor, viscosidad y composición nutritiva distintos.
Su principal característica es su elevado contenido en fructosa y glucosa. Por tanto, si tienes diabetes, no te excedas en la cantidad de miel que consumes.
- Combate los síntomas del resfriado. Su acción expectorante, antitusígena y antibacteriana alivia las afecciones de garganta.
- Contra el estreñimiento. La miel tiene una suave acción laxante.
Jalea real
Es un líquido denso que segregan las propias abejas. Es el sustento de la abeja reina, lo que permite ser mucho más fuerte y longeva que sus “súbditas”.
- Excelente complemento alimenticio. Su riqueza en vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos insaturados le conceden propiedades estimulantes y reequilibrantes del sistema nervioso. Combate estados de debilidad o agotamiento físico o psíquico.
- Preventivo de enfermedades cardiovasculares. Por su acción vasodilatadora y favorecedora del aumento de glóbulos rojos.
- Refuerzo del sistema inmunitario. Nos ayuda a hacer frente a gripes, catarros y alergias, gracias a su poder antimicrobiano.
¿Cómo la encontramos? En forma de pasta, en ampollas o en alimentos enriquecidos (leche, zumos, cereales, etc.).
Propóleo o própolis
El propóleo es una sustancia resinosa con la que las abejas cubren la colmena para protegerla de hongos y bacterias.
- Efecto antiséptico. En el cuerpo humano, el propóleo también tiene esa cualidad. Sus bioflavonoides, aceites esenciales, oligoelementos, vitaminas y aminoácidos que contiene le otorgan propiedades antibióticas.
- Estimula las defensas. El propóleo se suele recomendar en caso de afecciones respiratorias recurrentes o en cualquier otra situación en que tenemos las defensas bajas.
¿Cómo lo encontramos? Envasado como extracto, en cosméticos y productos farmacéuticos.
Si un resto de polen queda en estos productos naturales, es posible que provoque una reacción alérgica. No obstante, al actuar por vía oral, no es frecuente que ocurra. Consúltale a tu médico.