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El estrés, la fiebre o un exceso de calor ambiental son circunstancias que a casi todos nos hacen sudar más, pero en algunas personas la producción de sudor es excesiva y ocurre casi de forma continua (hiperhidrosis), y más con el calor del verano. La hiperhidrosis es un problema difícil de disimular porque “salta a la vista” (la ropa se empapa con cercos de sudor) y además conlleva normalmente un aumento del olor corporal aunque se intente mantener una buena higiene.
Para la axilas existen desodorantes con efecto antitranspirante, pero al contener sustancias químicas que se acumulan en el organismo, no conviene usarlos más de dos veces al día. Hay que tener en cuenta que pueden producir alergia, por lo que hay que probarlos en pequeña cantidad antes de aplicarlos en las axilas.
Si se prefiere recurrir a remedios naturales y menos agresivos para acabar con el exceso de sudor, pueden ser de ayuda algunas plantas como las que señalamos a continuación.
Uso interno
- Encina: Infusión de 20 gramos de hojas de encina y 20 gramos de hojas de abedul por cada litro de agua. Dejar hervir durante ocho minutos. Tomar dos vasos al día.
La encina también ayuda a combatir las inflamaciones de intestino, las indigestiones y las diarreas. - Salvia: Infusión de una cucharadita de planta seca por cada vaso de agua. Tomar dos vasos diarios.
Esta planta también combate las infecciones de garganta y respiratorias en general (anginas, afonía, faringitis, laringitis…), por sus propiedades bactericidas.
Uso externo
- Ciprés: Es especialmente eficaz para combatir el exceso de sudor en los pies. Hay que cocer tres cucharadas de ramas secas durante tres minutos por cada litro de agua y sumergir los pies en este agua.
El ciprés es beneficioso además para aliviar las varices y las flebitis, por su acción vasoconstrictora. Sus taninos tienen acción cicatrizante y antihemorrágica.
¿Sabías que... En verano puedes tomar estas infusiones frías. Para mejorar su sabor, añádeles miel.
Cimicífuga para los sofocos
El extracto de cimicífuga racemosa (planta tradicionalmente usada para el tratamiento de diversos desórdenes ginecológicos como el síndrome premenstrual o el dolor postparto), ha demostrado reducir de forma moderada los sofocos de la menopausia, que conllevan un aumento significativo de la sudoración.
El alivio es mayor en aquellas mujeres que tienen sofocos más intensos. El extracto de esta planta se toma en forma de preparados farmacéuticos.