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A pesar de los múltiples beneficios que la práctica de ejercicio físico reporta a las personas mayores (especialmente cuando se realiza al aire libre), los médicos siguen sin estar muy concienciados y no suelen prescribírselo directamente a sus pacientes. A cambio, siguen usando la misma receta de siempre: medicamentos para paliar cualquier de problema. Y es una pena, porque el deporte previene la aparición de la mayoría de las enfermedades y, además, reduce la necesidad de fármacos.
«Según las estadísticas que maneja la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), más del 60 por ciento de las personas mayores de 65 años aseguran que sus médicos jamás les han recomendado realizar ejercicio físico para curar sus dolencias o como una práctica recomendada dentro de su rutina diaria», explica el doctor José Antonio Serra Rexach, jefe del servicio de geriatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Lo mejor, prevenir
Estos datos apuntan hacia una tendencia que habría que erradicar de la medicina: la excesiva 'medicalización' de los enfermos. «Ahora se tiende a 'medicalizar' todo, cuando lo más recomendable siempre ha sido la mejora de los hábitos nocivos, el cuidado de la alimentación y la práctica de ejercicio físico», explica el doctor Serra Rexach. Y solo con eso, como asegura el experto, conseguiríamos reducir el número de medicamentos que tomamos.
Realizar 150 minutos a la semana de ejercicio aeróbico (especialmente al aire libre) sería suficiente para cuidar la salud de las personas mayores de 65 años. Pero según recuerda el doctor Serra Rexach, «el ejercicio debe ser prescrito por un geriatra basándose en las características de cada paciente, sus preferencias, sus enfermedades asociadas y su situación clínica».
Ejercicios como correr, nadar, montar en bici o caminar a buen ritmo son suficientes para la salud de las personas mayores de 65 años y mejorarían aspectos como su equilibrio, la potencia muscular y la flexibilidad.