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... las estupendas propiedades para la salud que tienen estas refrescantes frutas no son todavía ampliamente conocidas. Descúbrelas y sorpréndete.
Mejoran la digestión
La piña contiene bromelina y la papaya, papaína. Estas sustancias ayudan a que el organismo digiera más rápido y mejor las proteínas, lo que se traduce en una digestión más liviana, especialmente si se toman como postre tras las comidas pesadas, como las que a veces hacemos en Navidades.
Ayudan a controlar el peso
Son dos de las frutas que menos calorías aportan, puesto que buena parte de su composición es agua. Así al estimular el riñón, ambas tienen efecto diurético y son excelentes para aliviar la retención de líquidos. Su fibra tiene acción saciante, que ayuda a controlar el apetito.
Depuran el organismo
La bromelina y la papaína también ayudan a eliminar las toxinas presentes en los alimentos, evitando que estas se acumulen en el cuerpo.
Facilitan el tránsito intestinal
En el caso de la piña, su suave efecto laxante se debe a su alto contenido en fibra. En la papaya funcionan de esta manera sobre todo las semillas maduras, que tienen sabor a pimienta y se pueden añadir a las comidas. Al luchar contra el estreñimiento, al mismo tiempo estas frutas contribuyen a limpiar el sistema
digestivo de microorganismos perjudiciales.
Nutritivas a raudales
- Tanto la piña como la papaya son ricas sobre todo en vitamina C, por lo que tomarlas durante todo el invierno es un escudo contra los resfriados y otras enfermedades infecciosas.
- También ambas frutas contienen buenas cantidades de otras vitaminas esenciales (A, B, D).
- Los minerales más abundantes en estas variedades son el calcio, el potasio, el fósforo y el magnesio.
- En aplicación externa, estas frutas también “alimentan” la piel, pues contienen alfahidroxiácidos, sustancias con acción regeneradora y exfoliante. Aplícatelas en mascarillas de fruta triturada mezclada con un yogur natural.