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¿Qué es?
Cuando el contenido del estómago fluye de nuevo hacia el esófago estamos ante la patología denominada reflujo gastroesofágico. Se debe a que la válvula que separa el estómago y el esófago, llamada esfínter esofágico inferior, no cierra bien.
Sensación de ardor
El principal síntoma del reflujo gastroesofágico es la regurgitación ácida, una sensación de ardor que puede provocar dolor en el pecho, jadeos, dolor de garganta y tos, debido a que la membrana que recubre el esófago se irrita con los ácidos gástricos.
Hernia de hiato
La principal causa del reflujo gastroesofágico es el debilitamiento del esfínter esofágico inferior, que es un músculo. En muchas ocasiones, este mal funcionamiento de la válvula viene provocada por una hernia de hiato, que provoca un desplazamiento del estómago hacia el pecho.
Cuidado con la obesidad
El reflujo gastroesofágico también puede estar causado por un exceso de peso, ya que la obesidad hace que aumente la presión en el abdomen. Además, el embarazo, el tabaquismo y el exceso de alcohol también pueden estar detrás de esta enfermedad.
Alimentos que lo favorecen
Los síntomas del reflujo gastroesofágico pueden verse acrecentados con el consumo de algunas bebidas y alimentos irritantes, en especial el café, los zumos cítricos, los productos a base de tomate, el chocolate, la menta, las bebidas gaseosas o las comidas picantes.
Fármacos contraindicados
Algunos fármacos también pueden generar reflujo. Es el caso de algunos medicamentos para el mareo, los betabloqueantes de la hipertensión o los sedantes.
Cambio en el estilo de vida
En ocasiones, el reflujo se alivia haciendo ciertos cambios cotidianos, como reducir la ingesta de grasas o elevar el cabecero de la cama para evitar que los ácidos del estómago vuelvan hacia el esófago.
Tratamiento con fármacos
Los antiácidos, de venta sin receta médica, pueden aliviar los síntomas del reflujo. En casos más complicados, el médico puede prescribir la toma de inhibidores de la bomba de protones o antagonistas de los receptores H2.
La cirugía, el último recurso
En algunos casos raros –menos del 5 por ciento– se puede recurrir a la cirugía con el fin de restaurar la función antirreflujo de la válvula que une el estómago y el esófago. Los médicos suelen aconsejar este tratamiento solo cuando los fármacos no funcionan.
Posibles complicaciones
Aunque los cambios en el estilo de vida suelen ser eficaces para tratar el reflujo, es importante acudir al médico si los síntomas perduran, el paciente pierde peso sin motivo aparente, tiene dificultad para tragar o sufre sangrados internos. En este último caso podemos estar ante una úlcera de estómago.