SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Cuando la parte superior de nuestro estómago se abulta a través de una abertura en el diafragma, esto provoca que el ácido pase más fácilmente hacia el esófago y suframos reflujo gastroesofágico, también conocido como hernia de hiato.
Síntomas
La acidez, los problemas al tragar, la tos seca o el mal aliento pueden estar avisándonos de que sufrimos reflujo. Es más común en personas mayores de 50 años.
Cómo evitarla
Si padeces estos síntomas, trata de comer porciones pequeñas, evita algunos alimentos (como los cítricos y las carnes grasas), no fumes ni bebas alcohol e intenta mantenerte en un peso adecuado.
No saciarse del todo en cada comida, realizar 4-5 ingestas al día en dosis pequeñas (no dos superabundantes), no acostarse justo después de comer (dejar que transcurran dos horas como mínimo), evitar el exceso de grasa, chocolate, menta y alcohol son las mejores medidas para atajarla. Tu médico también puede recomendarte antiácidos u otras medicinas.
El omeprazol es el fármaco de referencia para tratar el reflujo gastroesofágico, aunque “han aparecido otros fármacos más potentes y rápidos (lasoprazol, pantoprazol, rabeprazol...). Todos ellos son muy eficaces y seguros", indica el doctor Rodríguez-Téllez. No obstante, si no nos ayudan, es posible que sea necesaria una cirugía.
Operación
Una hernia de hiato debe intervenirse “cuando es de gran tamaño (más de 4-5cm) y cuando, entre los síntomas, aparece regurgitación nocturna con episodios de aspiración, ya que puede afectar incluso el área otorrinolaringológica o pulmonar”, explica el doctor Rodríguez-Téllez. Cada caso debe ser evaluado por un especialista y no se debe recomendar la cirugía por el mero hecho de tener una hernia de hiato. Es más, en la gran mayoría de los casos se descarta.
La técnica más empleada es la laparoscopia, dado que supone menos tiempo y molestias posoperatorias que una cirugía abierta.