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Cuando nos caemos, podemos sufrir un esguince, una fractura o una rotura de fibras musculares. Este tipo de traumatismos se llaman lesiones agudas. ¿En qué se distinguen de las crónicas?
Muy sencillo, estas últimas no se producen por un hecho concreto, sino que son producto de una sobrecarga en una zona de nuestro cuerpo como consecuencia de repetir los mismos gestos deportivos durante mucho tiempo.
¿Por qué a mí?
Este tipo de lesiones, muchas veces tienen su origen en "una mala planificación del entrenamiento", explica el doctor Pedro Manonelles Marqueta, Presidente de la Federación Española de Medicina del Deporte.
Otras causas que pueden provocar esta dolencia es la utilización de materiales inadecuados, la realización de una mala técnica (por ejemplo, el saque en el tenis) o la presencia de algún factor predisponente (una diferencia de longitud de las piernas o la presencia de un pie plano).
Cómo tratarlas
Inicialmente, tu médico te medicará para disminuir las molestias iniciales y te aconsejará técnicas de fisioterapia y rehabilitación, además de reposo relativo. No obstante, el tratamiento a largo plazo será un estudio de todos los factores que pueden haber participado en el origen de tu lesión para poder modificarlos y que no se mantengan en el tiempo.
¿Se pueden prevenir?
Lo primero que debes tener en cuenta es que, antes de realizar cualquier ejercicio, debes someterte a un reconocimiento médico-deportivo previo para saber si es apto para ti.
Por otro lado, antes de empezar con el entrenamiento, debes calentar, y realizar estiramientos al terminar tu actividad. La hidratación y alimentación adecuadas, realizar descansos entre medias del ejercicio y ser consciente de tus propias limitaciones y capacidades, también evitará que te hagas daño.
Las más frecuentes
Como la mayoría de deportes se realizan de pie, las lesiones suelen darse en las extremidades inferiores.
1. Los esguinces de tobillo, las roturas de fibras musculares en piernas (gemelos) y en el muslo.
2. Las roturas de ligamento cruzado anterior en la rodilla y las contusiones.
3. Las tendinopatías del tendón rotuliano y del tendón de Aquiles, el codo de tenista y la fascitis plantar.