Preparando el invierno. ¿Cómo afecta el frío a tu piel?

Con la bajada de las temperaturas, la piel sufre. Por eso es necesario protegerla aún más en esta época. Pero, ¿sabes cuáles son los cuidados imprescindibles? Toma nota…

El viento, las bajas temperaturas y la exposición a las radiaciones ultravioleta (UV) reducen la humedad ambiental durante el invierno. Frente a esas agresiones, la piel reacciona liberando agua y, por tanto, secándose. Además, la calefacción y la contaminación de las grandes ciudades (mayor en invierno) la ensucian, taponan los poros y reducen su oxigenación y transpiración. «Eso hace que durante los meses de invierno el estado de la piel empeore, porque el manto hidrolipídico de la epidermis se debilita y se ralentiza la circulación. Con menos oxígeno y nutrientes, esta ofrece un aspecto más seco, apagado y opaco», aseguran los dermatólogos de la fundación La Roche Posay. ¿Las consecuencias? Una falta de hidratación y lípidos en la epidermis que pone en peligro su función protectora.


Además, existen determinados problemas, como el melasma (manchas en la piel del rostro), «que no solo deben ser tratados con fotoprotección en verano porque pueden agravarse también con exposiciones solares en otra época del año», explica el doctor Vicente Alonso, dermatólogo de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Pero el invierno también puede ser un aliado para la piel, como ocurre en el caso de las personas que sufren hiperpigmentación. «El invierno es la mejor época para realizar tratamientos despigmentantes faciales intensivos, tanto domiciliarios como en la consulta médica (peelings químicos o mascarillas)», explica la doctora Nayra Merino de Paz, del Hospital Quirón. Para cuidar el cutis en invierno lo primero que debemos hacer es averiguar nuestro tipo de piel, pero sin olvidar que esta no es homogénea: «La piel de nariz, mentón y frente es más grasa e hidratada, mientras la de las mejillas y la región preauricular (la piel de delante de las orejas) es muy fina y con muy poca hipodermis», explican las dermatólogas del Instituto Médico Láser. Por ello, estas zonas acusan más los daños invernales en forma de desecación, envejecimiento prematuro y, en las pieles más delicadas, capilares dilatados (cuperosis).

¿CONOCES TU FOTOTIPO?

Pieles sensibles. Son las que más reaccionan frente a los cambios bruscos de temperatura. Pueden sufrir rojeces que deriven en afecciones como la cuperosis o la rosácea. Cualquier persona puede padecer problemas de sensibilidad, por lo que todos debemos extremar las precauciones en invierno. La primera es tener siempre a mano una crema hidratante especial para este tipo de piel y aplicarla siempre que notemos la piel tirante o seca. En muchos casos, la sensibilidad es consecuencia de una piel seca.

Pieles secas. Es básico no descuidar la hidratación, y para ello necesitamos utilizar cremas nutritivas que aporten un extra, para que la piel recupere el equilibrio y se rehidrate. Estas cremas suelen ser untuosas y dejan una especie de segunda piel protectora que nos protege de los agentes externos.

■ Pieles mixtas. Aunque su barrera hidrolipídica funcione relativamente bien, las personas con este tipo de epidermis no deben descuidar la hidratación y los cuidados. Si bien no necesitan hidratar su cutis con la misma frecuencia que las personas con pieles secas, no deben olvidar algunas áreas del rostro, especialmente las mejillas. Además, cada zona del rostro necesita distinta cantidad de crema pues tiene diferente nivel de hidratación. La zona T (frente, nariz y mentón) es más grasa, por lo que es conveniente aplicar en ella una crema hidratante menos untuosa, mientras que para las mejillas necesitaremos una más nutritiva.

Pieles grasas. Aunque este tipo de epidermis suele fabricar sebo en exceso, en invierno la producción se ralentiza, lo que provoca un desequilibrio cutáneo. Según la doctora Marie-Thérès Trebosc, investigadora de los laboratorios Avène, «cuando hace frío, incluso las pieles grasas necesitan nutrir bien la epidermis». Además, según la especialista, «a nivel cutáneo la capa córnea ralentiza la fabricación de enzimas (que aseguran la descamación natural), la piel no se renueva correctamente y se pone rugosa». Por esta razón, es importante utilizar cremas más grasas en cuanto empiece el frío y seguir el decálogo básico de la rutina de belleza invernal que nos aconseja la doctora Nayra Merino de Paz.

1. HIDRATA TU PIEL A DIARIO.Y varias veces. Esto es aún más importante para quienes padecen algún tipo de dermatosis. Un emoliente adecuado (a base de lanolina o urea) te ayudará a mantener la piel sana en invierno.

2. EVITA LAVARTE EXCESIVAMENTE LAS MANOS. Las dermatitis de desgaste que afectan al dorso de las manos son frecuentes en invierno en personas que se las deben lavar constantemente por cuestiones laborales. Para evitarlo, usa guantes y cremas con efecto barrera.

3. PARA LAVARTE LA CARA Y EL CUERPO escoge productos suaves. Dúchate con agua tibia y no más de una vez al día, ya que aumentaría la deshidratación de la piel.

4. HIDRÁTATE LOS LABIOS para protegerlos, pues son muy sensibles al frío.

5. NO OLVIDES LAS GAFAS DE SOL y la protección solar diaria, especialmente en zonas donde haya nieve, ya que esta refleja el 80 por ciento de la radiación solar.

6. USA GUANTES Y PRENDAS DE ABRIGO, sobre todo si sufres sabañones o el síndrome de Raynaud (dedos de las manos fríos que tornan de color blanco, azulado y rojo)

7. EVITA LOS CAMBIOS BRUSCOS DE TEMPERATURA, pues aumentan el riesgo de que aparezcan capilares dilatados.

8. USA PRINCIPIOS ACTIVOS como la vitamina C, el ácido retinoico, el ácido glicólico y los hidroxiácidos.

9. LAS PIELES INTOLERANTES deben utilizar sustancias calmantes, vasoconstrictoras y descongestivas, como dexpantenol, alfabisobolol, rusco o ácido glicirrético.

10. LA TEXTURA DE LA CREMA DEPENDERÁ también de tu tipo de piel. En general, las fluidas van bien para las pieles mixtas o grasas y las más densas, para las maduras y secas.

LA CONTAMINACIÓN Y LAS CALEFACCIONES, MAYORES EN INVIERNO, TAPONAN LOS POROS Y REDUCEN LA OXIGENACIÓN DE LA PIEL

LA NUTRICIÓN DE LA PIEL COMIENZA EN EL PLATO

Además de unos correctos hábitos cosméticos, en invierno es importante cuidar la alimentación para lucir una piel sana. Toma esto para conseguirlo:

Minerales. El selenio (en los huevos, los lácteos o los champiñones); el zinc, presente en la carne, los huevos o el marisco; y el cobre (en frutas, legumbres y ostras) le dan un aporte extra de nutrición a la piel.

Ácidos grasos. Tomar grasas saludables, como los ácidos grasos omega 3, puede beneficiar mucho a la piel en invierno. El pescado azul, las semillas, los frutos secos, el aguacate o el aceite de oliva son tus aliados durante esta estación.

Vitaminas. La vitamina C, presente en los cítricos, el pimiento rojo, el perejil, el kiwi o el brócoli; la vitamina E, en el germen de trigo; la vitamina A, en huevos, hígado y queso; y las del grupo B, en carnes magras y pescados, son las más necesarias.

DÚCHATE CON AGUA TIBIA Y NO MÁS DE UNA VEZ AL DÍA, YA QUE AUMENTARÍA LA DESHIDRATACIÓN DE LA PIEL

LA MEJOR CREMA PARA EL INVIERNO

Cuando la humedad ambiental baja del 90 al 60 por ciento, la piel pierde, igualmente, un 30 por ciento de humedad. Por este motivo, hay que elegir con mucho cuidado la crema que utilizaremos para hidratar nuestro cutis en invierno, que es una de las estaciones del año en las que más se reseca la piel. Los especialistas en cosmética vienen centrando desde hace tiempo sus investigaciones en las reacciones de la epidermis frente a las bajas temperaturas. Por eso, la mayoría de las gamas de cuidados cosméticos diarios cuentan con productos para pieles muy secas, ideales para esta estación, y también las llamadas _cold creams_, un tipo de crema que contiene en su composición muy poca agua y mucho aceite.

Y no olvides prestar atención, también, a los productos con los que te desmaquillas. Independientemente de tu tipo de piel, en esta época es mejor sustituir los desmaquillantes jabonosos por leches limpiadoras y cremas suaves.

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