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Su utilización para la limpieza auditiva sigue siendo común entre mucha gente. No obstante, este tipo de utensilios pueden dañar los oídos e incluso, en los casos más extremos, llegar a afectar a la capacidad auditiva.
Limpieza externa
Para mantener la higiene de los oídos correctamente, basta con limpiar la entrada del conducto que sale al pabellón auditivo con el dedo al ducharnos o al lavarnos la cara. No es necesario profundizar más porque "nuestro oído tiene un sistema de autolimpieza que expulsa al exterior la cera”, explica Juan Royo, doctor en otorrinolaringología. El uso de los bastoncillos interrumpe el mecanismo normal de autolimpieza del oído.
Sus consecuencias
Los daños causados por la introducción de bastoncillos en el pabellón auditivo pueden ir desde las heridas en la piel del conducto hasta incluso la perforación del tímpano, dando lugar a síntomas como hemorragias, dolor, acúfenos, vértigo y pérdida de audición.
Además, si existe un exceso de cerumen, pueden empujarlo hacia el tímpano y provocar la formación de un tapón. De hecho, los problemas más comunes por los que la población española acude al especialista vienen dados por tapones o por molestias.