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La piel nos cubre todo el cuerpo, pero no en todas partes es igual: en los párpados es más fina; en las plantas de los pies, más gruesa. Ese endurecimiento de la piel en determinados lugares se debe a un proceso natural llamado queratinización por el que las células epiteliales, las más expuestas, pierden humedad y se convierten en tejido córneo. Es lo que llamamos “durezas”. Con constancia, un poco de tiempo cada día y algunos ingredientes que todos tenemos en casa, cualquiera puede aportar a los pies esa hidratación que precisan para que los talones no se resequen y acaban cuarteados. ¿Te pones manos a la obra?
Con aspirina y limón
La acción combinada del ácido acetilsalicílico y de la vitamina C es mano de santo para acabar con las durezas de los pies. Para este remedio casero solo necesitas cuatro aspirinas, un limón, una cucharada de agua, unos viejos calcetines de lana y una piedra pómez o una lima para los pies.
- Tritura las aspirinas en un mortero.
- Guárdalas en el interior de un pequeño recipiente limpio con tapa.
- Exprime el limón, agrega el agua y échalo sobre las aspirinas.
- Remúevelo para conseguir una pasta.
- Extiéndela sobre las durezas de los pies y ponte unos calcetines de lana viejos.
- Deja que actúe durante 15 minutos.
- Quítate los calcetines, enjuaga los pies con agua tibia y utiliza la lima para eliminar las durezas.
Con yogur y vinagre
El vinagre, con su acción purificadora, acaba con los hongos, los gérmenes y el mal olor de los pies, mientras el yogur aporta una buena parte de la hidratación que necesita la piel de los talones. Con solo estos dos ingredientes (dos cucharadas de yogur natural y una cucharada de vinagre de sidra) conseguirás –si realizas este proceso tres veces por semana– que los pies vuelvan a estar tersos e hidratados.
- Mezcla en un bol los ingredientes y mézclalos bien.
- Aplica la pasta sobre la zona que tenga durezas.
- Espera 10 minutos a que haga efecto.
- Retíralo con un papel absorbente de cocina y aplícate en los pies tu crema hidratante habitual.
Con agua de rosas y glicerina
Dos ingredientes naturales que se encuentran fácilmente en supermercados y tiendas de productos naturales (el agua de rosas y la glicerina) son perfectos para acabar con los talones secos. Bastan medio vaso de agua de rosas y dos cucharadas de glicerina, dos veces por semana, para conseguir que las sequedades de los pies desaparezcan.
- En un bote de cristal limpio mezcla los ingredientes hasta crear una especie de pasta homogénea.
- Si lo deseas, también puedes elaborar tu propia agua de rosas: consigue un buen puñado de pétalos de rosa y cuécelos a fuego lento unas dos horas. Deja que se enfríe, cuélalo y guárdalo en un recipiente hermético.
- Cuando tengas la mezcla de agua de rosas y glicerina, extiende el producto sobre los talones secos.
- Para que penetre bien en la piel, puedes cubrir tus pies con unos calcetines viejos y dejar que haga efecto durante toda una noche.
- Aclara el producto con abundante agua, sécate muy bien los pies para evitar la aparición de hongos y extiende una crema hidratante realizando un suave masaje.
Un órgano de récord
La piel es el mayor órgano del cuerpo humano. Si estirásemos la de una mujer adulta de unos 70 kilos, cubriría una extensión de casi dos metros cuadrados y alcanzaría un peso de unos cuatro kilos. unos cuatro kilos.