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El ideal de la naturalidad después de un procedimiento de estética se impone y atrás quedan las facciones con imagen de operadas o los labios demasiado rellenos con productos que, con el paso del tiempo, generan alteraciones del rostro poco estéticas.
Últimamente, se ha impuesto el llamado “lifting sin cirugía” como una alternativa que cumple las características de naturalidad, duración en el tiempo e incluso prevención.
Técnica nipona
Dicen del masaje facial kobido que es el lifting japonés sin cirugía. También explican que es milenario y ya lo utilizaban las emperatrices japonesas para embellecer sus rostros de porcelana. Sobre este protocolo se asegura que rejuvenece, retensa los tejidos, activa la circulación, ilumina la piel, tonifica y rellena la dermis, además de ayudar a distribuir en ella los nutrientes y eliminar sus toxinas e impurezas. Normalmente se trabaja primero un lado del rostro y después el otro. Además de reducir el impacto del proceso de envejecimiento, el masaje libera la energía y la tensión bloqueada en los músculos faciales.
Los resultados son evidentes desde la primera sesión y es ideal a partir de los 30 años como tratamiento antiedad. No deja la piel como el auténtico lifting quirúrgico pero son una buena opción para mantener a raya el envejecimiento y tener un rostro joven durante más tiempo.
Naturalidad al poder
Las personas que se animan a los lifting sin cirugía buscan buenos resultados pero con métodos no invasivos.
5 años menos
El kobido elimina las bolsas de los ojos, reduce las arrugas de la cara, atenúa las marcas de expresión y tensa la piel.