SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Recordemos que algunos insectos se sienten atraídos por el color de la ropa (sobre todo por el amarillo y blanco, porque reflejan la luz solar), y también por el calor y el olor que desprenden las sustancias químicas de nuestro sudor, como el ácido láctico o la acetona.
Los repelentes que podemos encontrar en las farmacias y supermercados tienen diferentes formas de presentación, para que elijamos la que más cómoda nos resulte: en spray, en barra o líquidos. Se aplican direc- tamente sobre la piel –algunos también sobre la ropa– y su función, gracias a su composición química, es la de ahuyentar a los insectos; pero, eso sí, no los matan.
Al comprarlos, es recomendable asegurarse de que:
- Tienen larga duración (es importante sobre todo para que actúen durante toda la noche).
- Actúan sobre diferentes tipos de insectos.
- Son incoloros, inodoros o de olor suave.
- Indican en la etiqueta su composición, para, en caso de alergia o efectos secundarios, poder identificar la sustancia causante.
En herbolarios podemos adquirir repelentes elaborados a base de extractos naturales (citronela, eucalipto, aceite de tomillo, albahaca, poleo, limón…), pero hay que tener en cuenta que su efectividad y duración son menores que los químicos.
¡Que no te piquen!
- Aplícate el repelente una hora antes de ponerte crema solar.
- Durante el embarazo, consulta al médico si puedes usar repelentes.
- Usa prendas de vestir ligeras que cubran la mayor parte de superficie corporal.
- Aplica el repelente en las zonas expuestas a los insectos, e incluso también sobre la ropa.
- No pulverices repelente en spray directamente sobre la cara, para evitar el contacto con los ojos y la boca. Pulveriza el producto primero sobre las manos y aplicatelo con ellas en la cara. Es muy importante que te laves las manos después.
- No debe aplicarse sobre cortes, heridas o zonas irritadas.
- Una vez que no estemos expuestos al contacto con insectos, limpia bien la piel con agua y jabón.
Pueden irritar ojos y mucosas, por lo que no se deben aplicar a niños menores de dos años.