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Gafas de sol, crema protectora, la sombrilla, una buena tumbona, el bañador… Seguro que a la hora de ir a la playa no se te olvida nada… ¿Seguro? Quizá no te has acordado de informarte de las precauciones que todos debemos seguir para que junto al mar todo sea descanso y diversión en compañía de los tuyos.
Todavía quedan unas cuantas semanas de sol y calor este verano, y estés o no de vacaciones, si vas a escaparte a la playa unos días, tienes mucho aún que disfrutar. En este reportaje te damos pautas sencillas, pero importantes, para que imprevistos como una picadura de medusa, una conjuntivitis, una quemadura solar o una infección por hongos no te amarguen tu esperado verano. No podemos pasar por alto que estas afecciones, si no se les presta atención y se les da el tratamiento que requieren, pueden complicarse y dar más problemas de los esperados.
Picaduras y mordeduras
- DE INSECTOS: En verano los insectos conviven más con nosotros. Las picaduras de mosquitos, abejas, avispas arañas o chinches son muy molestas, ocasionando picor, enrojecimiento, hinchazón y dolor. En personas alérgicas, una sola picadura puede desencadenar reacciones muy peligrosas (shock anafiláctico) que pueden poner su vida en peligro. Si viajamos a países tropicales, debemos tener en cuenta que las picaduras de los insectos pueden transmitir multitud de enfermedades infecciosas como la malaria, la fiebre amarilla o el paludismo.
¿Cómo prevenirlas? Además de utilizar mosquiteras y cubrirse con algo de ropa para minimizar las áreas expuestas, aplicar un repelente que no produzca irritaciones en la piel.
Soluciones: Si a pesar de poner precauciones un insecto nos pica, lo más aconsejable es aplicar un antiséptico o un desinfectante. Si las picaduras nos producen una reacción alérgica, habrá que ir inmediatamente a un centro de urgencias para que nos administre un tratamiento adecuado, que indicará el médico. Los productos que contienen amoniaco son eficaces para aliviar el picor y la irritación, así como para neutralizar el veneno. Es mejor no rascarse para no favorecer que las bacterias penetren e infecten la herida o, en el caso de las abejas, extraer el aguijón de la piel. - DE ANIMALES MARINOS: Habitualmente son muy dolorosas, con inflamación y picor, pudiendo acarrear reacciones generales.
¿Cómo prevenirlas? Infórmate de las posibles especies peligrosas que hay en tu playa, respeta las banderas y señales de peligro e informa al socorrista si avistas alguna especie sospechosa.
Soluciones: Ante la picadura de una medusa, se debe lavar la herida con agua de mar y retirar los restos de medusa protegiéndose con guantes. Es útil lavar con vinagre o amoniaco rebajado con agua y aplicar frío.
Las lesiones por erizo de mar se producen al pisar sus finas púas. Hay que lavar la herida con agua, jabón y antiséptico, usar un analgésico y si se infectan las lesiones, acudir al médico. Se pueden intentar extraer las espinas.
Ocasionalmente los peces venenosos (pez escorpión, pez víbora y pez araña) pueden provocar picaduras peligrosas. Las rayas pican con el aguijón de su cola y las morenas pueden morder, pero no son venenosas. Si te ocurre, debes limpiar la herida con suero salino frío para arrastrar restos del animal, sin aplicar torniquete. Sumergir la zona lesionada en agua caliente, a unos 45 ºC durante unos 30-90 minutos, tomar analgésicos y, si el médico lo considera adecuado, un relajante muscular. Se inmoviliza el miembro herido y se desinfecta la herida, eliminando cuerpos extraños o puncionando las vesículas.
Infecciones y dermatitis
Los más “piscineros” tiene que cuidar su piel de la sequedad que produce el cloro, que la expone a una mayor sensibilidad ante ciertas patologías dermatológicas y enfermedades relacionadas con el baño que, aunque no son graves, sí son muy molestas y recurrentes.
¿Cómo evitarlas? Usando siempre zapatillas para no contagiarse de hongos y bacterias en los pies al caminar por los bordes de la piscina y en cualquier lugar húmedo y cálido.
En las mujeres, para prevenir los hongos vaginales (candidiasis), la higiene de la zona genital deber ser frecuente, pero no excesiva, para no debilitar la flora bacteriana protectora que habita en dicha área. Hay que cambiarse el bañador húmedo por otro seco tras los baños en el mar o la piscina.
Soluciones: Ante cualquier infección, el médico debe ser quien prescriba el antibiótico que debemos tomar. Nunca debemos comprar antibióticos o tratamientos antifúngicos (para los hongos) por vuestra cuenta sin receta médica. En caso de que el médico nos diagnostique hongos de cualquier tipo, estos tratamientos deben iniciarse cuanto antes y cumplir el tiempo indicado para que no se reproduzca el microorganismo causante.
Quemaduras
No creas que el enrojecimiento que produce el sol en la piel cuando nos descuidamos es inofensivo: la radiación solar puede producir quemaduras de primer y de segundo grado, e incluso formar ampollas dolorosas que dejen cicatrices.
¿Cómo prevenirlas? Deben usarse cremas con filtro de protección solar adecuadas a cada tipo de piel. el factor de protección, cuanto más alto mejor.
Soluciones: Si las quemaduras son leves (enrojecimiento superficial, sin ampollas), el dolor y escozor se alivian aplicando agua, hielo y crema hidratante, tapando después la quemadura con paños húmedos, fríos si es posible. Las quemaduras graves (con ampollas) se pueden cubrir con gasas secas para evitar rozamientos, pero debe acudirse de inmediato al médico, que indicará alguna crema antibiótica y prevención antitetánica si lo considera necesario. Jamás rompas las ampollas.
Conjuntivitis
Las altas temperaturas, el agua del mar, las piscinas públicas o de vecinos –a las que se les agregan grandes cantidades de productos químicos– y el descuido en la higiene llevan a que en verano aumenten las conjuntivitis. Respecto al resto del año, en la época estival las consultas por esta patología aumentan un 40%.
La conjuntivitis produce inflamación de la conjuntiva, nombre que recibe la delgada membrana que recubre la superficie interior del párpado y parte del globo ocular. Los síntomas de esta afección oftalmológica son enrojecimiento ocular, lagrimeo, ardor, secreciones, picazón y mayor sensibilidad a la luz.
Las conjuntivitis puede ser irritativas –resultado de la irritación que pueden provocar el cloro de las piscinas o la sal del agua marina en personas con ojos especialmente sensibles–, o bien de origen bacteriano o vírico. Esta última es muy contagiosa, especialmente entre los niños.
¿Cómo prevenirlas? Deberemos evitar compartir toallas, gafas de sol o de buceo y tendremos que extremar la higiene. Además, es fundamental lavarnos las manos constantemente.
Soluciones: Si la conjuntivitis es leve, la podemos tratar fácilmente con colirios y antisépticos, pero debe estudiar previamente la situación un oftalmólogo o un médico de familia. Estos tratamientos también pueden usarse de forma preventiva. No dudes en volver a consultar al médico si sientes dolor en los ojos o si los síntomas no van remitiendo.
No te la juegues con tu piel. Es un “traje” muy sensible ante las agresiones del sol, la humedad o la sequedad. Este verano, cuídala al máximo.
Trastornos digestivos
En verano modificamos nuestros hábitos alimentarios y nuestros horarios, y el cuerpo puede reaccionar frente a ello. El trastorno gastrointestinal más típico del verano son el estreñimiento y la diarrea. Ésta última puede estar provocada por muchos factores como el agua no potable, los alimentos en mal estado o por virus o bacterias.
Además, las digestiones pesadas y el ardor de estómago son habituales en estas épocas de excesos. Tras las comidas copiosas y la ingesta de alcohol se puede dar la situación de que el ácido del estómago suba a la garganta.
¿Cómo prevenirlos? Manteniendo al máximo los hábitos alimentarios que llevamos el resto del año y una adecuada hidratación.
Soluciones: Para el estreñimiento temporal, la solución farmacéutica suele estar en los laxantes (aunque deben ser suaves y no se debe abusar de ellos). Si es persistente, hay que consultar al médico. Para aliviar la diarrea, hay que beber mucho líquido (bebidas con sales minerales, sales de rehidratación oral, infusiones).