No olvides dejar tu lengua bien limpia después de cada cepillado. Acabarás con más microbios.

Te cepillas los dientes después de cada comida, usas seda dental y colutorio, pero ¿te acuerdas de tu lengua? En sus numerosos surcos y estrías se depositan también gran cantidad de microorganismos y restos de alimentos que, al descomponerse, producen mal aliento, contribuyen a la formación de caries e incluso alteran el sentido del gusto. Esta no suele ser la única causa de la halitosis, pero para combatirla, tener la lengua bien limpia es muy importante.

¿Cómo se hace?

La limpieza (“raspado”) de la lengua debe realizarse después del cepillado de los dientes, para asegurarnos de que nuestra higiene bucodental es completa. No es difícil de hacer y solo lleva unos instantes.

  1. Si usas tu cepillo de dientes, aplica una pequeña cantidad de pasta dentífrica sobre los filamentos. Coloca el cepillo sobre la lengua lo más atrás que puedas, y raspa la lengua de atrás hacia delante entre cinco y diez veces con suavidad.

  2. También existen raspadores o limpiadores de lengua, que tienen un mango como el del cepillo de dientes, pero su cabeza es una pieza con un orificio que permite limpiar la lengua con facilidad y con mayor eficacia. El procedimiento es el mismo, aunque no es necesario aplicar pasta de dientes.

  3. Para terminar, es fundamental enjuagarse la boca con colutorio, que ayudará a eliminar los restos de gérmenes que hayan podido quedar y le dará a tu aliento un aroma de lo más agradable.

¡Sin excusas!

Si no te sueles limpiar la lengua porque no puedes evitar sentir desagradables arcadas, tienes que, si haces el raspado con cuidado, ese reflejo termina cediendo en poco tiempo, sobre todo si utilizas un limpia lenguas, ya que está especialmente pensado para que la higiene de la lengua sea más agradable.

No olvides que, aunque es un músculo potente, las papilas gustativas son muy sensibles, por lo que siempre hay que cepillar la lengua con cierta presión, pero sin llegar a sentir quemazón o dolor. Por supuesto, si tienes pequeñas heridas, quemaduras o llagas, evita pasar el raspador por la zona afectada para no agravar la lesión, pero no eludas el limpiado de la lengua.

El dentista comprobará el estado de tu lengua cada vez que acudas a revisión, porque su salud es tan importante como la de los dientes. Este profesional te dará las pautas adecuadas para cuidar mejor tu lengua.

¿Qué dice ella de ti?

El aspecto de tu lengua refleja tu salud. Si está recubierta de una gruesa capa de color blanquecino o blanco, tu sistema digestivo puede estar alterado. También si respiras por la boca o tomas medicamentos que reducen la salivación puedes ser más propenso a tener la lengua blanquecina.

 

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