SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Se trata de un trastorno muy frecuente, alrededor del 80% de las mujeres menopáusicas lo padecen (unas 4 millones en España). "Provoca un empeoramiento importante de la calidad de la vida sexual de muchas mujeres, además de otros síntomas como la sensación de incomodidad e irritación, el prurito o el escozor, las dificultades para conciliar el sueño, el dolor o la incomodidad durante el coito y también síntomas urinarios asociados", explica la doctora Marisa Alija, ginecóloga de Hospital HM Regla en León.
Fuera tabúes
Hay que prestar especial atención a la salud vaginal, y cuando empiecen los primeros síntomas de atrofia, sequedad y molestias con las relaciones sexuales, consultar al ginecólogo. Solo así podrá indicarte los tratamientos más adecuados para ti.
"Un cambio de mentalidad en la mujer al afrontar el problema y una comunicación más estrecha con el profesional son factores clave para abordar con éxito la atrofia vaginal o Síndrome genito-urinario", señala la doctora.
Muchas opciones
Actualmente existen muchas herramientas preventivas y terapéuticas fáciles de utilizar:
- Hidratantes vaginales sin hormonas eficaces y sin efectos secundarios.
- Estrógenos locales en forma de crema, comprimidos vaginales o anillo vaginal.
- Estrógenos sistémicos (terapia hormonal sustitutiva), a bajas dosis, que se utilizan en aquellas mujeres con otros síntomas asociados a la menopausia.
- Fármacos selectivos de los receptores de estrógenos que actúan directamente en la vagina.
- Medidas mecánicas como dilatadores vaginales o recomendar la actividad sexual.
- Lubricantes para las relaciones sexuales que alivian los síntomas de forma momentánea.
- Inyecciones subcutáneas de ácido hialurónico para vagina y vulva.
- Láser y radiofrecuencia vaginales. Son opciones terapéuticas emergentes, que estimulan la producción de colágeno, mejorando el tejido vaginal, haciéndolo más firme y elástico. Mejoran el suelo pélvico y son efectivos, seguros y muy bien tolerados.