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Entre los 35 y los 65 años aproximadamente, el cuerpo de la mujer experimenta un periodo de transición: se va preparando lentamente para abandonar su capacidad reproductiva hasta que, con el cese de la menstruación, llega a un estado de infertilidad en el que ya no podrá más concebir hijos. A lo largo de estos años, el organismo femenino atraviesa diversas transformaciones como consecuencia de la disminución gradual en la producción de hormonas femeninas (estrógenos y progesterona). Esta pérdida de hormonas provoca alteraciones en el organismo hasta en un 80% de las mujeres, aunque cada una las vive con mayor o menor intensidad y afectan de manera distinta a su salud y a su bienestar psicológico.
Llega el momento
Generalmente, aunque en organismo femenino ya se han ido produciendo cambios, hasta los 45 años la mujer no experimenta síntomas. a partir de este momento y hasta más o menos los 55 años, algunas mujeres comienzan a tener reglas irregulares: el sangrado se produce antes o después de tiempo, las reglas son más escasas o abundantes de lo que era antes normal, algunos meses no hay regla… y ello se puede acompañar de sofocos o sequedad vaginal. esta etapa se llama premenopausia. en torno a los 55 años es cuando se produce la ausencia definitiva de la menstruación: este es el momento al que propiamente llamamos menopausia.
Responsable de ti misma
Para vivir con buena salud todos los cambios que acompañan la etapa posterior a la menopausia, mantener en todo momento una actitud responsable y positiva es muy importante para todas las mujeres. ser responsable supone tomar conciencia de que, a partir de este momento, pueden tener lugar ciertas alteraciones de salud y que es conveniente prevenirlas o tenerlas bajo control si ya han aparecido, siguiendo hábitos sanos y llevando las revisiones médicas al día, para conseguir una óptima calidad de vida en todos los sentidos.
¿Qué cambia en tu cuerpo?
- Corazón y arterias: Antes de la menopausia, las hormonas femeninas ejercen una importante función de protección frente a las enfermedades cardiovasculares en la mujer. Cuando llega el fin de su vida fértil, la pérdida de hormonas protectoras hace que sean más propensas a desarrollar hipertensión y colesterol elevado, factores que favorecen que se vuelvan tanto o más vulnerables que los hombres ante la posibilidad de tener un infarto, una angina de pecho o un ictus (infarto cerebral).
- Grasa corporal: Muchas mujeres comienzan a aumentar de sobrepeso desde la retirada de la regla, y ello también se debe al descenso de la producción de hormonal: la mujer puede acumular más grasa, que tiende a concentrarse en el abdomen, como ocurre en los varones. Esta grasa abdominal, al estar en contacto con órganos como el estómago, el hígado o el colon, es más perjudicial que la que se instala en otras zonas como las caderas o las nalgas, y tiene mucho que ver con el desarrollo de enfermedades que afectan seriamente al metabolismo, fundamentalmente la diabetes. no podemos olvidar que, además, la obesidad es uno de los más decisivos factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Huesos y músculos: La falta de estrógenos repercute también en los huesos de la mujer. desde la menopausia, el esqueleto se va volviendo más frágil de manera progresiva, porque va perdiendo su contenido mineral. si no se hace nada por frenar ese debilitamiento óseo, aparece la osteoporosis, que hace que los huesos se fracturen con facilidad. Al mismo tiempo, las articulaciones tienden a perder poco a poco el colágeno que las mantenía flexibles, y se puede ir produciendo un lento descenso de la masa muscular.
- Aparato genitourinario: Al descenso hormonal se debe que la vagina se vaya estrechando y vaya perdiendo elasticidad y humedad, lo cual puede hacer que las relaciones sexuales sean molestas, a lo que puede contribuir la falta de deseo sexual, motivado igualmente por la falta de hormonas. otras transformaciones anatómicas favorecen posibles infecciones en la vagina y uretra. la pérdida de tono muscular general afecta también a los músculos del suelo pélvico, por lo que puede aparecer incontinencia urinaria. Además, en la postmenopausia aumenta el riesgo de diferentes tumores ginecológicos, sobre todo los de mama, endometrio u ovarios.
- Estado psicológico: Junto a las repercusiones físicas motivadas por la menopausia, casi la mitad de las mujeres sufre al mismo tiempo alteraciones emocionales como irritabilidad, nerviosismo, dificultad para concentrarse o insomnio, que pueden desembocar en ansiedad o depresión. en estas situaciones inciden de manera decisiva en algunas mujeres el hecho de vivir la menopausia equivocadamente como una etapa de pérdida de feminidad, lo que afecta a su autoestima.
Las mujeres que se cuidan desde antes de la menopausia tienen menos molestias y menos trastornos derivados de ella.
¿Qué puedes hacer tú? afronta los cambios, toma el control
- ¡A comer sano!: Tu cuerpo y tu mente necesitan estar bien alimentados cada día con todo tipo de nutrientes. eso sí, sin cometer excesos que se transformen en kilos de más. lo que más debes controlar son las grasas y la sal.
- Olvídate de los tóxicos: Ya sabes cuáles son: tabaco, exceso de alcohol y cafeína… sin olvidarnos del estrés, otro “veneno” de la vida moderna. Desintoxicarás tu cuerpo y ayudarás a prevenir los molestos sofocos.
- Hidrátate: Tus mucosas necesitan ahora más que nunca un litro y medio de agua al día como mínimo. lo notarás hasta en tu piel, que estará más luminosa y elástica. tendrás que beber más si sudas mucho o realizas ejercicio intenso.
- Practica actividad física: Por que estimula la regeneración ósea, refuerza y aumenta la masa muscular, incrementa la resistencia cardiaca y pulmonar, favorece la circulación sanguínea, quema la grasa corporal, libera tensiones...
- No faltes a tus revisiones médicas: Lleva al día tu agenda de chequeos y pruebas médicas (mamografías, densitometrías óseas, citologías…). Es la mejor forma de prevenir enfermedades que son más frecuentes en esta etapa.
- Relájate y descansa: Tómatelo como una obligación tan importante como las demás. intenta mantener horarios fijos para acostarte y levantarte, haz lo posible por dormir unas ocho horas y respira hondo cuando te sientas más nerviosa.
- Sé optimista: La vida no termina cuando se acaba la regla. Tienes muchos años por delante, y serán los que vivas con más intensidad si sabes apreciar las cosas buenas de la vida. Arréglate cada día y siéntete guapa, porque lo eres.
- Relaciónate con mujeres como tú: Compartir dudas, ilusiones y retos con amigas edad similar a la tuya te ayudará a ser más tolerante contigo misma y a superar miedos. saberte querida y comprendida te dará una inyección de ánimo.
A partir de los 50 años, también los hombres tienen que cuidarse más que nunca. Los mismos hábitos saludables son válidos para todos. ¡Practícalos!