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Los miomas uterinos son los tumores ginecológicos más frecuentes, de hecho alrededor de un 50 % de las mujeres puede presentarlos en algún momento de su vida. Son nódulos benignos de la matriz que aparecen tanto por alteraciones genéticas como por factores hormonales y de crecimiento.
Cirugía
Está indicada en los miomas que producen síntomas, los que son muy grandes o de crecimiento rápido. También se justifica en casos de esterilidad e infertilidad. Mediante una miomectomía se extraen los miomas por laparoscopia (con incisiones muy pequeñas) o por histeroscopia (que se realizan por vía vaginal). La sustracción de todo el útero se reserva a casos complicados, si hay muchos miomas y muy grandes o si no se desea tener hijos.
Fármacos
Pueden combatir las hemorragias, ralentizar el crecimiento del mioma y retrasar o incluso evitar que haya que practicar una cirugía. Suele tratarse de medicamentos que inducen una menopausia temprana, anticonceptivos orales o DIU con liberación de progesterona.
Embolización
Se corta el flujo de sangre de la arteria uterina mediante una mínima incisión en la ingle. Esto hará que el tumor deje de alimentarse y crecer.
¿Pueden volver a aparecer?
En general, cuando se realiza una miomectomía, es decir, cuando se extirpan solo los miomas sin quitar el útero, sí pueden volver a aparecer puesto que este tipo de intervención suele realizarse en mujeres jóvenes. Por ello, tu ginecólogo establecerá un protocolo de seguimiento. Además, cuando se quitan, dejan una cicatriz en el útero que puede afectar al embarazo por lo que la planificación y el seguimiento de éste será muy importante para evitar posibles complicaciones. Algunos tipos de miomas, como los que crecen hacia la cavidad uterina pueden aumentar el riesgo de infertilidad.