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Considerado uno de los mejores tés del mundo, está compuesto sólo por las yemas de cada una de las plantas.
Aunque depende de su pureza, el té blanco puede a multiplicar varias veces las propiedades antioxidantes, anticancerígenas y antienvejecimiento de otras variedades de té más consumidas, como el té verde.
- Contiene cuatro veces más polifenoles que el té verde, un tipo de antioxidantes que aumentan las defensas del organismo y neutralizan la actividad de los radicales libres culpables de la oxidación celular que causa el envejecimiento.
- Refuerza el sistema cardiovascular, protegiendo el corazón, ayudando a prevenir infartos y regulando la presión arterial.
- Es un escudo natural frente al cáncer, en especial del de piel, dado que los polifenoles del té parecen bloquear la formación de tumores malignos que pueden aparecen como consecuencia de una exposición excesiva al sol.
- Además, tiene poder adelgazante, puesto que acelera el metabolismo, favoreciendo la reducción de grasa corporal y del colesterol.
- Favorece la función digestiva: estimula también las secreciones digestivas, con lo que facilita la digestión de los alimentos grasos.
- Es depurativo y desintoxicante.
Lo más sano y refrescante para el verano
Todos sabemos que en verano es especialmente importante beber líquido –al menos dos litros al día– para rehidratar la piel y los tejidos de todo el organismo, puesto que perdemos una abundante cantidad de agua a través de la sudoración.
En infusión: Una opción más que saludable es tomar refrescantes infusiones frías, si te apetece con limón y un poquito de leche.
Con agua mineral: Ahora encontramos también aguas minerales enriquecidas con té blanco y sin azúcar que, además de hidratarnos y refrescarnos cuando la temperatura aprieta, combaten la oxidación celular y aumenta las defensas del organismo. Estupendas para cuidarse.
Es un auténtico elixir antienvejecimiento y su sabor es dulce y delicado. ¿Te animas a probarlo?