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Curiosamente, el melocotón pertenece a la misma familia que otra planta con la que difícilmente la relacionaríamos: el rosal. Y también sorprende saber que sea pariente de la manzana, la pera, el membrillo, la ciruela, la cereza y hasta de la fresa y la frambuesa. Con las que sí es fácil apreciar semejanzas es con otras frutas cuyo parentesco es mucho más evidente: el albaricoque, la nectarina y el paraguayo (o paraguaya).
Rico en fibra, bajo en azúcar
Podríamos pensar que el melocotón es una fruta especialmente calórica por su sabor dulce y consistencia densa, pero en realidad aporta una cantidad moderada de hidratos de carbono y de energía. Este dato importante para las personas que están realizando una dieta de adelgazamiento, a quienes también favorece su riqueza en fibra, con efecto saciante y beneficiosa para mejorar el tránsito intestinal.
No olvidemos que la fibra contribuye además a reducir el colesterol y al buen control de la glucosa en sangre, lo cual es especialmente positivo para las personas que padecen diabetes. Y al tener bastante potasio y muy poco sodio, es óptimo para aquellos que sufran hipertensión.
Que sea una fruta primaveral y veraniega nos viene que ni pintado justamente ahora, porque su abundante contenido de betacaroteno (provitamina A), que el organismo convierte en vitamina A, protege la piel y los ojos de la radiación ultravioleta del sol y que, al mismo tiempo, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer.
Puede dar alergia
El melocotón es, precisamente, una de las frutas que más alergias provocan entre los españoles, en muchos casos asociadas a alergias a diversos pólenes.
Las personas más sensibles sufren urticaria con tan solo tocar la piel y, tras ingerirlo, les aparecen habones en las manos, boca y cara y en todas las partes del cuerpo donde se hayan posado la mano tras haber tocado la fruta. También puede aparecer picor e hinchazón de labios y lengua.
Hay personas que son alérgicas únicamente a la piel del melocotón, por lo que pueden tomar esta fruta siempre que esté muy bien pelada.
Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, lo más recomendable es acudir a un alergólogo para que realice las pruebas pertinentes.
Y a ti, ¿como te gusta?
En confitura o mermelada, en compota, en almíbar o al natural, solo o acompañado de otras frutas (es imprescindible en una buena macedonia), en forma de sorbete o de helado, en ensaladas y hasta como relleno de carnes (como el pavo o el pollo), no hay duda de que el melocotón es una de las frutas que más juego dan por sus variadas posibilidades de presentación, preparación y combinación.
Si te resulta monótono tomar la pieza entera pelada y troceada, no hay nada como probar diferentes recetas que incluyan esta fruta para apreciar sus cualidades.
- Elige los melocotones que no presenten golpes y magulladuras, porque te durarán más tiempo sin estropearse.
- Sabrás que está en su punto óptimo de maduración si te fijas en el color: su superficie debe ser de amarilla a rojiza. Hasta el momento de consumirlos, consérvalos en el frigorífico separados de otras frutas, para evitar su rápida degradación.
- Si los compras cuando todavía están un poco verdes, mantenlos en un frutero a temperatura ambiente hasta que maduren.