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En las venas de las piernas existen pequeñas válvulas que favorecen el retorno sanguíneo al corazón. No obstante, puede ocurrir que, debido a un aumento de presión, estas válvulas dejen de funcionar correctamente, lo que provoca que las venas se dilaten, dando lugar a la formación de varices.
Más que un problema estético
Muchas varices no irán más allá de afear las piernas y de producir pesadez cuando se está mucho tiempo de pie o sentado, pero siempre deben contemplarse como una señal de alarma. En algunas personas, incluso sin ser especialmente llamativas a la vista, pueden terminar produciendo más adelante flebitis, trombosis o úlceras que requerirán atención sanitaria. La aparición de varices implica la necesidad de consultar al médico, ya que las varices pueden ser indicativas de un problema más importante: una mala circulación sanguínea.
¿Un problema femenino?
La incidencia de las varices en la mujer es tres veces mayor que en los hombres, debido a causas genéticas y hormonales. Pero los hombres también padecen esta alteración vascular, en su caso, derivada sobre todo de un estilo de vida sedentario y de malos hábitos alimenticios. Además, para ellos supone un mayor riesgo porque muy pocos varones se ponen en manos de profesionales cuando deberían, con lo cual, a veces, ocurren incidentes que perfectamente podría haberse evitado.
Cuándo acudir al médico sin demora
Cuando las varices aumentan de manera repentina de tamaño, se enrojecen o se endurecen es aconsejable acudir a un especialista. El dolor y la hinchazón, aunque sea local, también son síntomas que deben valorarse.
Puesto que existen diferentes tipos de varices, es fundamental diagnosticar con exactitud y precisión cada patología vascular para que los tratamientos (aplicación de láser, microcirugía, escleroterpia, crisoclerosis, micropuntura cromática, dermoabrasión...) tengan éxito.
La experiencia y la formación del profesional son esenciales. En España, la única especialidad médica que abarca en su totalidad el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de las venas (flebología) es la angiología y cirugía vascular.
Alimentos que ayudan
- VERDURAS DE HOJA VERDE: Además de ser rica en fibra y antioxidantes, disminuyen la viscosidad de la sangre, mejorando la circulación.
- PESCADO AZUL: Aporta ácidos grasos omega 3, que pueden ayudar también a la circulación, porque disminuyen el colesterol y las grasas en la sangre.
- INFUSIONES: La salvia, el ginkgo o el hamamelis, así como los suplementos de castaño de indias, ayudan a mejorar la circulación sanguínea en todo el organismo.
¡Piernas arriba!
- PROCURA ELEVAR LAS PIERNAS AL DORMIR. Unos 10 cm. respecto a la altura de la cintura.
- BEBE SUFICIENTE AGUA. Como mínimo un litro y medio cada día.
- TOMA MENOS SAL. Para evitarla retención de líquidos. ¡Sólo una cucharadita al día!
- MANTENTE EN TU PESO ADECUADO. Con una dieta sana, baja en grasas.
- EVITA LA ROPA DEMASIADO AJUSTADA. Sobre todo los calcetines, medias y pantalones que comprimen en exceso las piernas y dejan marcas en la piel.
- USA CALZADO CÓMODO. Que tampoco oprima y con tacón no superior a 4 cm.
- HAZ EJERCICIO DE PIERNAS. Sobre todo si pasas mucho tiempo sentada o de pie. Favorecerás la circulación y el tono muscular en ellas.
- DEJA EL TABACO. Es muy malo para la circulación.
Si tienes varices o en tu familia son un problema compartido, no te puede faltar el ejercicio de piernas a diario (caminar, nadar, montar en bicicleta) para activar el retorno venoso.