SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Que se te escape la orina al saltar, correr o estornudar no es normal. Son síntomas de que tu suelo pélvico se ha debilitado. Muchas veces el problema lo arrastramos desde hace años (o décadas), al no haber tomado las medidas necesarias para fortalecerlo tras uno o varios partos vaginales, el estreñimiento crónico o, simplemente, haber realizado ejercicios de alto impacto que lo han presionado.
Enemigos
Practicar running, aeróbic, tenis, pádel o esquí pueden afectar la zona perineal y debemos evitarlos cuando tenemos los primeros síntomas de incontinencia. Si ese es tu caso, acude primero a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico antes de realizar cualquiera de estas disciplinas. El experto estudiará tu problema y te enseñará a realizar determinados ejercicios para fortalecerlo.
Si no realizas ninguno de estos deportes pero tienes pérdidas de orina al reírte o estornudar, también es recomendable que acudas a un médico para terminar con esos incómodos escapes. Recuerda que es un problema que siempre tiene solución.
Ejercicios Kegel
Un suelo pélvico fuerte y tonificado es primordial para el control del esfínter urinario y anal. Por ello es tan importante que si lo ves debilitado realices diariamente los llamados ejercicios Kegel, que consisten en contraer los músculos del suelo pélvico hacia arriba y hacia adentro durante unos segundos para fortalecer y tonificar la musculatura pélvica. Cinco minutos al día serán suficientes para sentir los beneficios.
Deporte, siempre
Hacer ejercicio físico es primordial para la salud cardiovascular, para mantener músculos tonificados y articulaciones fuertes e, incluso, para mejorar nuestro estado de ánimo. Recuerda practicar siempre deporte sin perjudicar a nuestra zona perineal. Si realizas deportes de alto impacto, trata de espaciarlos en el tiempo y alternarlos con otros, y con los ejercicios de Kegel.
Signos de que algo falla
Los trastornos del suelo pélvico suelen provocar estos síntomas:
1. La incontinencia urinaria. Pérdida involuntaria de la orina sin controlar el llenado o vaciado de la vejiga.
2. Prolapso genital. Descenso de los orgasmos pélvicos por debajo de la posición normal hacia la vagina provocando la sensación de un "bulto" a nivel de genitales externos.
3. Dolor pélvico. En la vejiga o uretra.
4. Alteraciones e incomodidad en las relaciones sexuales.