Aunque solemos considerarlo un sencillo complemento decorativo de pastas, pasteles o hasta del shushi, el sésamo (Sesamum inducum) tiene un alto valor nutricional que ya sabían apreciar hace miles de años las civilizaciones más antiguas, como Egipto, Arabia, India, China o Grecia.


Hay muchas variedades que producen semillas de distintos colores –negras, marrones y blancas– y a todas ellas se atribuyen excepcionales cualidades curativas, gracias a su considerable contenido en proteínas, vitaminas, antioxidantes, ácidos grasos esenciales, minerales (entre los que destaca el calcio) y fibra.

  • Para el sistema nervioso: El sésamo es, junto a la soja, el vegetal más rico en lecitina, componente esencial del tejido nervioso que ayuda a potenciar la memoria y a prevenir el agotamiento cerebral. Es un excelente complemento nutritivo para personas sometidas a gran actividad mental o intelectual.

  • Mejora el metabolismo: Sus ácidos grasos insaturados, principalmente omega 6 y 9, lo cual les confiere una gran eficacia en la regulación del nivel de colesterol en sangre y como prevención de la arteriosclerosis y la hipertensión arterial.

  • Más juventud: Sus antioxidantes y vitaminas retardan el envejecimiento celular e inhiben el desarrollo de células cancerígenas. convalecencia.

  • Energía a raudales: El sésamo ayuda a soportar los momentos en los que realizamos un esfuerzo físico más intenso (práctica de deporte, embarazo, períodos de lactancia...)

  • Huesos fuertes: Está indicado en casos de debilidad ósea, puesto que, además de un alto contenido en calcio, el sésamo aporta otros minerales necesarios para que ése pueda ser fácilmente asimilado por el organismo: magnesio, fósforo, silicio, cinc, cobre y boro. También posee cantidades importantes de potasio, hierro, selenio, yodo y cromo.

  • Contra hongos y bacterias: El sésamo refuerza las defensas del cuerpo contra estos microorganismos.

  • Mejora el proceso digestivo: Su fibra de excelente calidad tiene un suave efecto laxante y protege la flora intestinal. Además, el sésamo favorece la secreción de jugos digestivos y mejora la asimilación de las grasas, por lo que es un buen aliado contra las digestiones pesadas.

¡Pruébalo!

  • Tostado, como ingredientes en tartas, panes, bizcochos, tortas y pasteles.

  • En forma de tahin (manteca de sésamo). Puede tomarse a cucharadas, untado o combinado con otros alimentos

  • Aceite de sésamo. Se obtiene de las semillas sin tostar y se usa en repostería.

Sabías que... Los árabes la llamaban “aljoljolén”, nombre del cual deriva su denominación más popular: ajonjolí.

 

 

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