Poco a poco hemos ido incorporando a nuestra dieta habitual ingredientes que, hasta hace unos años, nos parecían poco menos que curiosidades culinarias. Las algas marinas no podían ser menos, y tanto es así que se han hecho un hueco preferente en muchos platos, aunque es cierto que su presencia le sigue resultando “exótica” a nuestros paladares occidentales.


Japón fue el primer país que empezó a utilizarlas en la cocina en el siglo XVII, y posteriormente se extendió su uso por todo Extremo Oriente. En España, a pesar de que no tenemos problemas para conseguirlas, debido a la cantidad de costa de la que disponemos, su consumo no es aún muy frecuente. Sin embargo, aunque nunca hayas probado un alga como tal, muchas especies se usan para los productos de consumo muy común, como la pasta dentífrica, comida para bebés, derivados lácteos, cremas o sopas de sobre. Y es que, una de sus principales virtudes es su propiedad gelificante, espesante y estabilizante, por lo que proporcionan a estos productos una textura más sólida y una mejor conservación.

Cada vez va siendo más fácil encontrar diferentes especies de algas en los hipermercados, aunque si nos interesa alguna variedad en concreto, puede que haya que buscarla en establecimientos “gourmet” o especializados en comida oriental.

Beneficios para la salud

Las propiedades de las algas dependen de la zona donde crezcan o se cultiven, e incluso de unas especies a otras pueden variar mucho su textura y su sabor.

  • Algunas destacan especialmente por su alta concentración de minerales, como calcio (algas iziki, wakame, arame, kombu), yodo (algas kombu, arame, dulse), hierro (alga dulse) y proteínas (nori, dulse, wakame, arame). También las hay muy ricas en vitamina A (alga nori) y en fibra (algas kombu, nori, dulse, carrageen, musgo de Irlanda).

  • En general, contienen sustancias con propiedades antioxidantes y protectoras cardiovasculares, como el fucosterol y la fucoxantina, que pueden ayudar a la reducción del colesterol total. Y además, son saciantes y bajas en grasa.

¿Cómo tomarlas?

  • Para los menos atrevidos, quizá la mejor opción es incorporarlas frescas a las ensaladas, hirviéndolas o rehogándolas previamente.

  • También puedes emplearlas para hacer más sofisticadas tus preparaciones de toda la vida, como tortillas, pizzas, croquetas, lasañas o empanadillas.

  • Se pueden añadir al arroz o a las legumbres como cualquier otra verdura.

  • Se pueden incorporar a sopas y salsas para que adquieran una mejor textura.

  • Si te animas a proba otras texturas, las puedes encontrar en polvo, en copos, en tiras y en barritas.

Suplementos nutricionales de algas

Los especialistas en fitoterapia aconsejan solo la ingesta de suplementos dietéticos a base de algas o que las contengan en situaciones puntuales, como pueden ser el embarazo, la lactancia o estados carenciales de minerales y vitaminas, fibra o proteínas.

Se suele creer que deben evitar el consumo de algas las personas que padecen problemas de tiroides, por su alto contenido en yodo, o los hipertensos, por su alto contenido en sales minerales. Sin embargo, este argumento solo es aplicable en el caso de los complementos alimentarios compuestos por extractos de algas, ya que la concentración de nutrientes en ellos es elevada, y no es el caso si utilizamos las algas como un ingrediente más en la cocina.

La reconocida acción depurativa de las algas se debe a su abundante contenido en minerales y oligoelementos, que ayudan al organismo a compensar el exceso de ácidos y toxinas.

 

 

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