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Una de sus especies más conocidas, llamada Viola tricolor –por tener tres colores y pertenecer al género de las violetas, dentro de la familia de las violáceas– se encuentra por doquier adornando parques, jardines y macetas, pero además se emplea con fines terapéuticos, puesto que contiene mucílagos (un tipo de fibra soluble), vitamina C y betacarotenos, ácido salicílico, flavonoides y taninos (antioxidantes), entre otros componentes.
¿Cómo puede ayudar?
- Para las inflamaciones de la piel. El pensamiento se utiliza para aliviar afecciones cutáneas seborreicas, la costra láctea de los bebés, el eczema, la psoriasis, el acné, foronculosis, el herpes o algunas erupciones, entre otras dolencias.
- Para los problemas urinarios. Ayuda a la curación de trastornos como la cistitis.
- Como expectorante. Ayuda a eliminar la mucosidad que provoca tos y congestión en casos de gripe, resfriados y bronquitis.
- Como depurativo. Se emplea en casos de ácido úrico elevado y gota, por ejemplo.
- Como diurético. Puede ser útil para combatir la retención de líquidos.
- Como laxante. También puede contribuir a mejorar el tránsito intestinal.
¿Cómo se usa?
El pensamiento se puede encontrar en forma de cápsulas, extracto y tintura, así como en presentaciones compuestas junto a otras plantas, según sea la aplicación a la que se vaya a destinar. También es posible adquirir las flores secas para elaborar cataplasmas e infusiones.
No lo tomes por tu cuenta
Aunque se vende sin receta médica y podamos conseguir fácilmente información sobre cómo tomar o aplicar el pensamiento, no se debe utilizar en ningún caso sin consultar antes a un médico que valore la idoneidad de consumirlo y, en su caso, la dosis necesaria. Recuerda que usar cualquier planta con fines terapéuticos por nuestra cuenta puede originar reacciones, alergias o interacciones peligrosas.