Sabemos de ella que es un alimento de lo más nutritivo, rico en hidratos de carbono, vitamina C, potasio y otros minerales.


Por su sabor y versatilidad, este humilde tubérculo se utiliza en todo el mundo en mil y un platos, ya sea como alimento principal o como acompañamiento de todo tipo de viandas. Pero mucho menos conocidas son sus interesantísimas propiedades medicinales cuando se aplica de forma externa sobre la piel.

Emoliente natural

Corta una patata cruda en rodajas finas y machácalas con un mortero o con la batidora. El almidón que contiene el jugo tiene la capacidad de suavizar las zonas inflamadas y doloridas de la piel, ayudando también a la cicatrización de las heridas.

  • Es un remedio natural que se utiliza desde la antigüedad como cataplasma para aliviar las ampollas originadas por quemaduras (ya sean producidas por el frío, por el sol o por el calor), las lesiones por congelación y los sabañones.

  • También ayuda a combatir el dolor producido por las torceduras y golpes cuando la zona lesionada se amorata y se hincha.

  • En las enfermedades reumáticas, la patata tiene un efecto calmante del dolor articular.

  • Los ojos cansados y doloridos también se descongestionan si nos colocamos una rodaja de patata cruda de medio dedo de grosor sobre los párpados. De esta manera, contribuimos a rebajar las ojeras y las bolsas oculares.

Manos de porcelana

Los productos de limpieza y muchos jabones que utilizamos suponen una constante agresión para la piel de nuestras manos, que se va volviendo así cada vez más sensible. También las temperaturas extremas (sol, viento, agua muy fría o muy caliente…) afectan a su epidermis. Como consecuencia, aparecen callosidades y zonas ásperas y agrietadas, que la patata mejora casi desde la primera aplicación.

Haz una crema de manos casera mezclando una patata mediana cruda bien machacada con la batidora, media cucharada de aceite de oliva y un chorro de zumo de limón. Masajea tus manos con esta pasta, déjala reposar diez minutos y, a continuación, enjuágalas con agua tibia. 

Elimina las células muertas

Deja reposar sobre tu cara unas rodajas de patata para aprovechar su propiedad exfoliante, que ayuda a eliminar las células muertas que, de no ser retiradas, pueden obstruir los poros. La exfoliación también ayuda a eliminar las cicatrices del acné y favorece la renovación cutánea. 

Solución antiacné

Las lesiones enrojecidas e inflamadas que genera el acné mejoran visiblemente tras aplicar durante tres o cuatro días con una mascarilla natural elaborada con patata machacada. Estimula la cicatrización gracias a su alto contenido en vitamina C, un antioxidante que además refuerza la piel contra la agresión de las bacterias que la dañan.

La patata cruda es rica en minerales como el azufre, potasio y fósforo. Estos minerales estimulan la producción de colágeno y elastina, que favorecen que la piel se conserve tonificada y más joven.

 

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