Los pies son la estructura anatómica más importante en el mantenimiento del cuerpo en la posición erguida. Intervienen en el movimiento, el equilibrio y, sobre todo, en el desplazamiento.


No debemos olvidar que, al término de nuestra vida, habrán recorrido con toda seguridad una distancia superior a los 100.000 kilómetros. Sin embargo, y a pesar de ser tan fundamentales, apenas cuidamos nuestros pies. De hecho, hasta un 80% de los españoles, según los especialistas, padece algún trastorno leve en sus pies: callosidades, callos, durezas, uñas encarnadas y procesos inflamatorios.

Además, al estar lejos del corazón, adolecen con frecuencia de trastornos vasculares, pues la llegada de sangre y el retorno venoso pueden tener dificultades, dando lugar a varices y edemas, cuestión que debemos tener muy presente sobre todo si somos diabéticos.

El calzado ideal

Algunas patologías comunes, como los juanetes, suelen ser de tipo hereditario; otras no. Pero en

cualquier caso, el tipo de calzado que utilicemos influirá en la salud de los pies. Si buscas el calzado ideal intenta que cumpla unas características básicas:

  • Tacón menor de 4 cms.

  • Horma ancha y puntera redondeada para no llevar el pie forzado.

  • De material transpirable, pieles flexibles y suaves y, a ser posible, sin costuras.

  • Con cordones, belcro o elásticos, para sujetar bien el pie.

  • Con suela de goma antideslizante, para evitar caídas.

Alteraciones más comunes

  • METATARSALGIA. Es el hundimiento del metatarso, hueso que soporta el 75% de nuestro peso corporal y que va cediendo con la edad y por el uso de tacones altos. 

  • FASCITIS. Se debe a la irritación de la inserción de un tejido que soporta el arco del pie (fascia plantar) en el hueso del talón (calcáneo). Produce un intenso dolor. 

  • UÑA ENCARNADA. Surge como consecuencia de un mal corte o por el uso de calzado inadecuado. La uña crece por los lados hasta hincarse en la carne, y reacciona con una inflamación, que posteriormente, si no se trata, será una infección.

  • JUANETE. Deformidad del dedo gordo que puede llegar a desviar al resto de dedos. Aunque no duela, es necesario tratarlo.  

Consejos para unos pies sanos 

La higiene del pie es imprescindible para evitar infecciones y tener unos pies sanos y cuidado:

  • Hay que lavarse los pies diariamente con agua templada y un jabón neutro. La duración del baño no debe ser mayor de 5 minutos, ya que puede reblandecerse la piel.

  • Secado: La humedad favorece las infecciones por hongos, bacterias o virus, por lo que es importante secar bien el pie, especialmente entre los dedos.

  • Hidratación: Emplea cremas hidratantes en toda la superficie del pie, especialmente en el talón, donde suelen aparecer callosidades y grietas.

  • Las uñas se cortan rectas, sin cortar los picos y siguiendo, en la medida de lo posible, la forma del dedo. Siempre hay que dejar que el borde libre de la uña sobresalga uno o dos milímetros por delante del dedo.

  • Es necesario cambiarse de medias y calcetines a diario. Se deben llevar bien estirados y adaptados a la piel para que no creen roces. Los más aconsejables son los tejidos traspirables, como el algodón.

  • Examinar los pies detalladamente (durezas, callosidades, grietas) y, si detectamos una herida o rozadura, ésta debe ser curada y atendida lo antes posible.

  • Consulta con tu podólogo ante cualquier afección de los pies y si necesitas cuidados regulares.

 

 

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