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¿Qué es?
Es una técnica ampliamente utilizada en el campo de la gastroenterología. Sirve para comprobar la cantidad de ácido gástrico que existe en el esófago y conocer en qué momentos del día se produce mayor reflujo ácido. De esta manera, se puede determinar si los síntomas que presenta el paciente se producen cuando hay exceso de ácido esofágico.
Para ello se coloca en el esófago una sonda muy finacon forma de cable, que el paciente debe llevar insertada durante 24 horas.
¿En qué casos se realiza?
Se lleva a cabo cuando una persona presenta ardor, dolor torácico (en la zona del esternón), dificultad o molestias al comer, durante el paso del alimento de la boca al estómago.
Esta prueba también es útil para comprobar la eficacia de determinados tratamientos quirúrgicos o no quirúrgicos para tratar el exceso de ácido.
¿Cómo hay que prepararse?
- La prueba se hace en ayunas. Debe evitarse la ingesta de alimentos sólidos y líquidos durante las seis u ocho horas previas, durante las cuales tampoco se puede fumar.
- Ciertos medicamentos pueden interferir en los resultados de esta prueba, puesto que modifican la acidez del jugo gástrico. Por lo tanto, se debe informar al médico de qué fármacos se están tomando, por si alguno de ellos tuviera que suspenderse temporalmente.
¿Cómo se realiza la exploración?
- El paciente tiene que respirar con normalidad por la boca mientras que se le introduce lentamente la sonda por una fosa nasal. A continuación, debe respirar por la nariz hasta que la sonda queda colocada en el esófago.
- Dicha sonda emite una señal que se conecta a un dispositivo portátil que registra el grado de acidez (pH) del esofágo durante todo el tiempo que dura el estudio.
- Transcurridas 24 horas, la sonda se extrae y el médico estudia los resultados obtenidos por el dispositivo receptor portátil. No es necesario estar en ayunas para extraer la sonda.
¿Se puede hacer vida normal durante la prueba?
Tras la colocación de la sonda, el paciente vuelve a su casa y, salvo que el médico indique lo contrario, es conveniente que realice vida normal durante el tiempo que dura la exploración, para poder evaluar con la mayor precisión posible lo que ocurre en su actividad diaria habitual.
Para que la prueba dé resultados fiables, el paciente tiene que indicar al médico a qué horas del día ha comido, se ha tumbado, ha tenido molestias o ha tomado un medicamento durante la prueba.
¿Produce dolor o molestias?
No produce dolor, pero la introducción de la sonda por la nariz y la garganta puede resultar molesta a algunas personas y producirles náuseas. A los pacientes más sensibles se les puede administrar un anestésico local para que les sea más llevadera esta maniobra.
Durante la exploración se puede notar una leve sensación de tener un cuerpo extraño en garganta, que disminuye en poco tiempo.
La Ph-metría no tiene complicaciones importantes, ni durante ni tras la exploración.
Manometría, otra prueba determinante
Junto a la Ph-metría, otra prueba que se utiliza a menudo para el diagnóstico y seguimiento de los pacientes con reflujo gastroesofágico es la manometría.
Esta técnica también consiste en la inserción de una sonda (en este caso, hasta el estómago) y permite detectar si existe alguna anormalidad en el movimiento del esófago y en la apertura-cierre del esfínter esofágico, necesarios para el correcto paso de los alimentos desde la boca hasta el estómago.