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La revolución de los productos light apareció en los 80 y supuso un gran cambio en la mentalidad de la sociedad de la época. Fue entonces cuando se empezó a tomar conciencia de la relación que existía entre la salud y la obesidad y lo directamente vinculada que estaba la dieta con todo ello.
El auge de lo light desde entonces ha sido imparable. Yogures, refrescos, zumos, endulzantes, leches, mermeladas, pastas, caldos, galletas, panes, helados, mayonesas, chocolates y un largo etcétera, que se publicita y se vende con el fin de que llegue el mensaje de que son más sanos. Pero, ¿realmente lo son? “Supusieron toda una revolución para los esclavos de las dietas y la imagen, es como si se nos permitiese gozar de los placeres gastronómicos sin miedo a engordar”, explica la doctora Pilar Riobó en su libro “¿Por qué no puedo adelgazar?”. Aunque, cuidado: “la etiqueta de dietético, en ocasiones, es sólo un gancho comercial que genera cierta confusión entre los consumidores”, confirma esta especialista en endocrinología y nutrición.
Analizar el etiquetado de los alimentos es una tarea algo ardua, pero necesaria para hacer una compra más saludable.
Consumo con cautela
La novedad y el desconocimiento hicieron que la gente tomara cantidades ilimitadas de galletas bajas en grasas, de biscotes integrales o de yogures desnatados, sin pensar que se producía incluso un aumento del peso inicial mayor que si hubieran optado por las versiones habituales de esos productos. El problema es que “la cultura de lo light generó cierta confusión entre los consumidores. Se pensaba que estos productos adelgazaban o que no engordaban prácticamente nada y, partiendo de esta creencia errónea, se empezaron a consumir en cifras excesivas”, aclara Riobó.
“En ningún caso es obligatorio ni recomendable el consumo normal de alimentos que han sido modificados, el objetivo principal es comer de forma sana y, en el caso necesario, utilizarlos como una ayuda para corregir nuestros hábitos erróneos. Lo mejor es seguir tomando alimentos naturales y mejorar los hábitos para no tener que abusar de los light y los 0,0%”, explica la nutricionista especializada en adelgazamiento Aida Fernández.
Sedentarismo, ingesta excesiva de alimentos grasos y falta de ejercicio son las causas principales para el desarrollo a gran escala de la obesidad en nuestro país. Sin embargo, existe la falsa creencia que mediante el consumo de productos light se puede reducir el peso. Por norma general, se considera que la toma de estos productos sustituye a una dieta equilibrada o que ingerirlos en abundancia es inofensivo porque “no tienen calorías”, ante lo cual hay que tener mucho cuidado y es mejor informarse”, coincide también en señalar Rosa Elena Yáñez, nutricionista especializada en diabetes.
Es necesario regularlos
Debido a esto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) decidieron tomar cartas en el asunto. Desde el 1 de julio de 2007 se empezó a aplicar en los alimentos una regulación sobre su etiquetado (Reglamento CE 1924/2006 sobre declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos) para evitar que ciertos términos pudieran llevar a error al consumidor.
A partir de entonces, un alimento sólo puede calificarse como light o ligero si tiene una reducción de, al menos, un 30% de las calorías en comparación con la versión normal del mismo producto y de la misma marca.
Ningún alimento, por muy light que sea, va a solucionar los problemas de peso que se han acumulado durante años.
Por contenido en azúcares
- “Sin azúcar” o “libre de azúcar”: Lo encontrarás en productos que tienen menos de 0,5 gramos de azúcar por cada cien gramos de alimento.
- “Bajo en azúcares”: Su contenido en azúcares es menor de 5 gramos por cada cien gramos de producto.
- “Sin azúcares añadidos”: No se han añadido azúcares ni ningún tipo de alimento utilizado por sus propiedades edulcorantes. Puede contener los azúcares propios del alimento, pero se deberá indicar que “contiene azúcares naturalmente presentes”.
3 requisitos que debe cumplir un alimento light
- Debe existir el mismo producto en versión no light.
- La reducción del valor energético será, como mínimo, del 30% respecto al producto no ligh.
- En el etiquetado debe indicarse la reducción de calorías, valor energético (por 100 gramos o por 100 mililitros) y existencia del alimento de referencia (producto no light). Se puede incluir el valor energético por porción.
Siempre que vayamos a adquirir un alimento, es preciso mirar su etiquetado. Es ahí donde encontraremos la cantidad exacta de nutrientes, aditivos y reducciones que más nos interesan.