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Una de las estrellas del verano es el pepino. Este vegetal, “pariente” del melón y de la sandía, es uno de los productos más cultivados en el mundo, por lo que aparece como ingrediente en diversas culturas gastronómicas.
Normalmente, el pepino se consume crudo, y sobre todo en preparaciones que se toman frías, como ensaladas, canapés, rollitos, salsas o hasta batidos en combinación con frutas. Échale imaginación y disfruta sus beneficios.
En qué puede ayudarte
- Aligera tu dieta. El pepino aporta muy pocas calorías, debido a su alta proporción de agua y a su bajo contenido de hidratos de carbono. Tanto es así que en muchas dietas para perder peso es un ingrediente estrella. Además, es un alimento muy refrescante, por lo que resulta perfecto para elaborar sabrosas ensaladas y para mantenerte bien hidratado.
- Ayuda a tu tensión y a tu riñón. El sodio y el potasio del pepino le otorgan cualidades diuréticas y depurativas, por lo que esta hortaliza es ideal para personas con predisposición a tener problemas en el riñón o retención de líquidos. Sin embargo, los pepinillos (que son pepinos que se recolectan sin haber crecido y se encurten), no tienen esas mismas propiedades.
- Regula tu intestino. La fibra es otro de los beneficiosos nutrientes de este alimento. Gracias a ella, el intestino puede mantener una actividad óptima, ya que ayuda a prevenir el estreñimiento, especialmente si se toma con piel.
- Diabetes y artritis. Es una de las hortalizas recomendadas para las personas con diabetes, ya que ayuda a mantener un buen control de la glucosa, gracias a una sustancia denominada betasitosterol. Esta misma sustancia actúa como antiinflamatorio natural.
- Cosmético natural. Es muy popular el empleo del pepino como producto de belleza, especialmente para la piel y ojos. En su composición se encuentran numerosos nutrientes que actúan como antioxidantes. En el caso de los ojos, se suele emplear para evitar la congestión por cansancio o para aliviar las antiestéticas bolsas.
Cómo elegirlo y conservarlo
- Elige los pepinos que tengan la piel de color verde oscuro, sin manchas amarillentas ni defectos, que sean firmes, pero sin tener un diámetro demasiado ancho.
- Los que son de mayor tamaño suelen tener un sabor más amargo.
- Descarta los que tienen los extremos resecos: es una señal de que no están en su punto y pueden tener un sabor amargo.
- El pepino ha de consumirse inmaduro, debido a que con la maduración pierde su tersura y adquiere un color amarillento y se altera su sabor.
- Presiona en el extremo. Si este está blando, significa que hace tiempo que el pepino fue recolectado. Mejor elige los más frescos.
- Una vez en casa, guarda los pepinos en la nevera (de tres a cinco días).
- Esta hortaliza no tolera bien las temperaturas extremas. No es apta para congelar, ya que se ablandaría su pulpa.
Consúmelos siempre muy limpios
“Si lavas los alimentos, eliminas sus propiedades naturales”. Este es un rumor falso, puesto que la seguridad en el consumo de los alimentos crudos depende de una correcta higiene y manipulación:
- Lávalos bien bajo el chorro del grifo. Es importante lavar el pepino a fondo cuando la pieza está todavía entera, antes de partirlo y con la corteza, aunque después lo vayas a pelar. De esta manera prevendrás que los patógenos contaminen la parte comestible al manipularlo.
- Usa un cepillo para eliminar del todo los restos de tierra y suciedad de la piel.
- Lávate las manos con agua y jabón antes de manipular cualquier alimento.