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A diferencia de lo que ocurre con otras partes del cuerpo que realzamos para vernos más guapas, como los labios, los párpados, el pelo o las mejillas, cuya estética “de tendencia” varía cada año, cuando hablamos de las pestañas, la moda siempre se mantiene: conseguir que sean muy largas y que destaquen. De hecho, quienes las tienen cortas las desean largas, y quienes ya las tienen largas están encantadas.
Por esta razón, no cesa la búsqueda de idear el producto que consiga alargar y dar densidad a las pestañas de forma natural, sin recurrir a las pestañas postizas y sin que resulte un riesgo para el ojo.
Cuando hay un problema
Lo cierto es que no existen muchos estudios que se centren en hallar sustancias farmacológicas que favorezcan el crecimiento de las pestañas. En el 6º Curso Internacional de Dermatología, Estética y Cosmética, organizado por la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), se habló del bimatoprost. Se trata de un producto que, desde el año 2001, se utiliza para el tratamiento del glaucoma y la hipertensión intraocular.
Se observó que las personas que seguían este tratamiento experimentaban un importante crecimiento de las pestañas como efecto secundario. A raíz de este descubrimiento, la Food and Drug Administration (FDA), organismo que regula los medicamentos en Estados Unidos, autorizó una solución de bimatoprost para el tratamiento de la hipotricosis (escasa cantidad de pestañas).
Los dermatólogos utilizan esta clase de productos cuando hay una patología, pero, ¿son también aplicables para fines puramente estéticos?
Todo tiene sus riesgos
La Dra. Lola Conejo-Mir, miembro de la AEDV, explica que el uso de un colirio con bimatoprost, aplicándolo en la base de las pestañas una vez al día durante al menos dos meses favorece el crecimiento y el aumento del grosor de las pestañas. Sin embargo, su utilización puede presentar efectos secundarios, como picor, eritema e irritación ocular, oscurecimiento de la piel en la zona de aplicación y oscurecimiento del iris en ojos claros. Además, los resultados son transitorios: depende del ciclo de vida de la pestaña.
Hoy en día ya podemos encontrar productos cosméticos que incluyen este agente en su composición, pero hay que conocer que su uso inadecuado y sin control puede perjudicar nuestra salud ocular.
Requisitos de seguridad
Para velar por el bienestar de tus ojos, es fundamental que adquieras la máscara de pestañas en una tienda especializada en cosmética, o incluso en la farmacia. También las puedes encontrar en otro tipo de establecimientos, pero corres el riesgo de adquirir productos en mal estado, caducados o que no cumplen con los requisitos sanitarios básicos. Ten en cuenta que es un producto que vas a aplicarte a diario, por lo que debes asegurarte de que es de calidad y que cumple estos otros requisitos:
- Estar oftalmológicamente testado.
- Ser totalmente inocuo.
- Contener extractos naturales, queratina o colágeno para el cuidado de las pestañas.
- Ser fácil de aplicar para que la podamos utilizar sin problema, y sin correr riesgo de dañar el ojo.
Por otro lado, actualmente ya existen máscaras de pestañas diseñadas específicamente para las mujeres que usan lentes de contacto y/o tienen ojos sensibles, sufren alergias o sensibilidad ocular, para evitar irritaciones y el deterioro de la lente. Se encontran en farmacias y parafarmacias. A las usuarias de lentillas no se recomienda el uso de máscara con microfibras, porque sus partículas suelen acabar desprendiéndose fácilmente, manchando la lentilla.
¡Cuídalas como se merecen!
Si queremos que nuestras pestañas aporten belleza e intensidad a nuestra mirada, además de usar productos de calidad, es importante cuidarlas a diario. Para ello:
- Retira la máscara de pestañas y la sombra a diario, sin frotar y usando un desmaquillador para ojos. Los especialistas recomiendan aplicar un disco de algodón con la loción, dejarlo en el párpado unos 10 segundos, y proceder a deslizarlo suavemente. Si usamos productos “waterproof”, tendremos que utilizar un desmaquillante específico para ello, ya que son muy resistentes y podemos dañar las pestañas intentando retirar el maquillaje con desmaquillador convencional. El uso de estas máscaras “resistentes al agua” es mejor dejarlo para ocasiones especiales, ya que su uso diario puede resultar agresivo.
- No aplicar muchas capas de máscara, una encima de otra.
- A no ser que las pestañas sean muy fuertes, es mejor evitar el uso de rizador.
- Evita aplicar vaselinas y aceites. Aunque hay quien dice que favorecen el buen estado de las pestañas, pueden ocluir las glándulas del ojo e irritarlo.
- Usa productos que hidraten las pestañas.
Tinte y permanente, ¿algún riesgo?
Actualmente hay una amplia oferta de tratamientos que tiñen y moldean las pestañas que, aunque no son permanentes, se mantienen un largo periodo de tiempo. Lo cierto es que proporcionan mucho color e intensidad a la mirada, y se conservan como recién maquilladas, pero también puede ocasionar algún inconveniente, especialmente si nos sometemos al tratamiento en un centro no especializado. Por otro lado, con su aplicación sometemos a las pestañas a un tratamiento agresivo, de la misma forma que cuando nos hacemos una permanente en el cabello, mientras que estamos aplicando sustancias químicas agresivas en una zona tan delicada como son los ojos.