SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Al envejecer, las personas suelen perder masa muscular, potencia, fuerza y su cuerpo se vuelve más delgado, frágil y débil. A este proceso natural del paso del tiempo se le llama sarcopenia y también puede aparecer de forma prematura si se lleva una vida sedentaria y una dieta poco saludable. Aunque no podemos evitarla sí podemos retrasarla.
¿Por qué se produce?
Existen muchas causas: genéticas, neurológicas, hormonales, la edad, la propia construcción del tejido... Sin embargo, la dieta, el ejercicio físico y nuestros hábitos diarios también influyen. Sabiendo que estos tres últimos factores son modificables y determinantes, es necesario adoptar un estilo de vida lo más saludable posible para evitar que la pérdida de masa ocasione otros problemas.
¿Qué debo comer?
Una dieta saludable en la que te asegures proteínas de alta calidad como, por ejemplo, las procedentes de alimentos de origen animal (huevo, pescado, carne magra) o de la combinación de proteínas vegetales (cereales y legumbres, por ejemplo) para obtener todos los aminoácidos esenciales.
¿Y el ejercicio?
Debe estar adaptado a tu edad y a tu condición física. Lo ideal es que se combinen ejercicios aeróbicos (como caminar a paso rápido, montar en bici o hacer ejercicios en la piscina) con anaeróbicos para conseguir más fuerza y desarrollar el músculo. Estos últimos consisten en el levantamiento de objetos pesados y ejercicios con resistencia, por ejemplo, utilizar bandas elásticas. Es aconsejable preguntar al médico si es necesario realizar estas actividades supervisadas por un experto en fisioterapia o en medicina del deporte para no lesionarse.
Realizar ejercicios con algo de peso ayuda a fortalecer el músculo
¿Debería preocuparme?
La pérdida de masa muscular comienza a producirse a partir de los 40 años y su evolución será más o menos rápida según el estilo de vida.
Existen tres etapas: cuando solo hay pérdida de masa muscular se habla de presarcopenia; cuando a ella se añade la disminución de fuerza o de funcionalidad del músculo, hay sarcopenia; y la fase severa implica que se experimente pérdida de masa, fuerza y funcionalidad. Estos casos deben vigilarse puesto que hay riesgo de caídas, fracturas, hospitalización y complicaciones derivadas.