SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Una elevada proporción de la población española mayor de 65 años padece enfermedades de la boca que provocan la pérdida de piezas dentales, lo que les supone importantes alteraciones: carecer de algunos o de todos los dientes impide una correcta masticación, dificulta el habla, produce incomodidad y afecta también a una parcela personal no menos importante, la imagen personal, y por tanto, a la relación con otras personas.
Según apunta la Fundación Dental Española, que agrupa a un nutrido grupo de odontoestomatólogos, en nuestro país un 30% de los mayores ha perdido todos los dientes. Y un estudio en el que ha participado la Plataforma para una mejor salud bucodental en Europa revela que más de la mitad de los europeos no conserva su dentadura natural completa.
Las causas más habituales son las caries dentales, que pueden destruir los tejidos duros del diente llegado a afectar a la raíz, y la periodontitis, que genera una importante inflamación y destrucción de los tejidos que soportan el diente, provocando su movilidad y su posterior pérdida. No podemos olvidar, además, que las enfermedades bucales pueden incrementar el riesgo de diabetes, de enfermedades cardiovasculares o incluso de determinados tumores, según señala la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
Por otra parte, una dentición incompleta en numerosos casos tiene que ver con la osteoporosis, ya que la disminución de densidad ósea general que produce esta enfermedad se puede traducir también en una significativa pérdida de hueso en los maxilares, por lo que los dientes pierden su soporte óseo.
Vamos poco al dentista
Actualmente se conocen ampliamente los mecanismos que provocan la aparición de enfermedades bucodentales más frecuentes, por lo que se pueden prevenir y tratar a lo largo de toda la vida. Sin embargo, según señalan los especialistas, las personas mayores siguen sin visitar suficientemente al dentista porque han crecido en una época en la que la salud bucodental no se consideraba importante, y la intervención de este especialista se limitaba casi siempre a extraer los dientes enfermos. En general, el 31% de los europeos reconoce que le da miedo ir al dentista y el 43% afirma ir únicamente cuando sufren ya problemas dentales, en lugar de acudir a revisiones preventivas de manera habitual. Afortunadamente, la tendencia está cambiando, y son cada vez más los mayores que acuden al dentista y se benefician de tratamientos que mantienen su dentición natural, conservando también la salud y funcionalidad de su dentadura.
Busca soluciones
La mayor parte de los procedimientos que se utilizan en la odontología actual tienen éxito en las personas mayores. Los implantes dentales constituyen una de las soluciones más eficaces para los mayores con pérdida dental parcial o completa, pero existen alternativas más clásicas, como las prótesis fijas o las movibles.
En los casos en los que la pérdida de dientes está relacionada con la osteoporosis, es prioritario ponerse en manos de un especialista para tratar la desmineralización de la estructura ósea, intentando al menos que ésta avance lo mínimo posible con el paso del tiempo. En cuanto a la salud bucodental, hay que tener en cuenta que la disminución progresiva del hueso mandibular reduce las posibilidades de éxito de los tratamientos dirigidos a conservar los dientes.
Una buena higiene dental es obligatoria
Los odontoestomatólogos recomiendan a todos los adultos una revisión dental cada seis meses. De esta manera es posible detectar y resolver de manera precoz pequeños problemas como una caries incipiente o la inflamación de una encía, problemas que, si se descuidan, pueden agravarse y dar lugar a enfermedades bucodentales más importantes.
No obstante, la mejor prevención de la mayoría de los trastornos que afectan a los dientes y encías es una correcta higiene. El cepillado dental diario después de cada comida, complementado con el uso de hilo dental y un colutorio antiséptico, no es garantía de una boca perfecta, pero sí de una boca más sana a todas las edades.
Podemos llegar a una edad avanzada con una boca sana. Para lograrlo tenemos que cuidar la higiene de nuestros dientes y pasar por el dentista para una revisión dos veces al año.