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Aunque este pequeño tubérculo nos llegó de Egipto hace más de tres mil años, no hay duda de que la horchata es nuestro refresco más tradicional, y desde hace siglos se aprecia sobre todo en la Comunidad Valenciana, donde se produce la chufa de mejor calidad.
Pero la horchata es mucho más que una bebida refrescante. Seguro que desconocías la extensa lista de beneficios que proporciona a la salud si la tomas con moderación.
¿Por qué es tan saludable?
- Las enzimas que contiene ayudan a hacer bien la digestión y evitan la flatulencia. Además, su contenido en almidón tiene propiedades antidiarreicas, por su acción espesante de las heces, y favorece el crecimiento de la flora intestinal beneficiosa.
- Es diurética por su abundante contenido en agua y muy escaso en sodio.
- Es una buena fuente de arginina, un aminoácido esencial para el feto y, por tanto, para las embarazadas.
- Es una fuente importante de fósforo, magnesio y zinc. También contiene cierta cantidad de hierro y proporciona cantidades apreciables de vitamina B1 (tiamina), B3 (niacina) y B9 (ácido fólico).
- Destaca su capacidad antioxidante, por su contenido en vitaminas E y C, lo cual, unido a su composición en grasas, fundamentalmente monoinsaturadas, ayuda a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Su elevado contenido en ácido oleico (que es la grasa predominante en el aceite de oliva), puede ayudar a reducir los niveles de colesterol total y de colesterol “malo” (LDL), aumentando los de colesterol “bueno” (HDL). También ayuda a mantener niveles adecuados de triglicéridos.
¿Engorda mucho?
La horchata de chufa aporta una cantidad relativamente alta de calorías, si bien puede formar parte de una alimentación equilibrada, teniendo en cuenta que:
- Un vaso (250 ml) aporta unas 170 o 180 kcal. Esto equivale a unas 70 kcal por cada 100 ml.
- En el mercado hay muchas marcas de horchata, unas con más azúcar que otras. Comprueba el etiquetado.
- Un vaso de horchata “light” o “sin azúcares añadidos” equivale normalmente a una ración de hidratos de carbono. Es un dato importante si tienes diabetes.
Puedes tomarla aunque tengas…
- Hipertensión, gracias a su casi nulo contenido en sodio y a que carece de sustancias estimulantes.
- Intolerancia a la lactosa, puesto que esta bebida carece de ese tipo de azúcar.
- Alergia a algún alimento. Ser alérgico a la chufa es muy poco frecuente.
¡La chufa también se come! Solo hay que poner en remojo un puñado de chufas desecadas en un recipiente con agua durante unas 12 horas.