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Actualmente, nos podemos encontrar con un número significativo de clínicas dentales que están ofertando tratamientos dentales, implantes, limpiezas o blanqueamientos a bajo coste o siguiendo una política de “precios trampa”, ya que detrás de la “letra pequeña” se pueden esconder el uso de materiales de baja calidad, prácticas profesionales erróneas e incluso intrusismo profesional, lo que puede suponer un grave riesgo para la salud de los pacientes.
En los últimos años han aumentado aumento de publicidades en las que algunas franquicias y macroclínicas ofrecen garantías de por vida, prestaciones gratuitas, descuentos que no siempre representan un ahorro en relación con los precios de las clínicas dentales tradicionales, o información sesgada e incompleta que puede inducir al engaño.
Falsas expectativas
Como señala el Dr. Óscar Castro, presidente del Consejo General de Colegios de Dentistas de España, “la publicidad sanitaria es especialmente sensible y debería estar especialmente regulada con el fin de evitar que los pacientes reciban información que les pueda generar falsas expectativas y llevar al engaño. El compromiso ético que debe primar en el ejercicio profesional sanitario debería ser siempre prestar la mejor asistencia sanitaria posible y la aplicación del conocimiento científico de forma ética, orientando y primando siempre la práctica profesional a las necesidades de salud y bienestar de los ciudadanos”, apunta el Dr. Castro. “En todo momento, debe quedar protegida la salud de la población, de tal forma que la información que se ofrece a través de la publicidad debe ser rigurosa, objetiva, no exagerada, fundamentada, comprensible, ajustada, y cuya finalidad sea la correcta información a los ciudadanos primando los principios de discreción y prudencia”. “Sin embargo, la realidad es que no siempre ocurre así, y en ocasiones no se actúa de forma ética, lo que podría poner en riesgo la salud de los pacientes”, concluye el presidente de los dentistas españoles.
¿Qué exigirle a una clínica dental?
1. Debe tener todas las licencias y autorizaciones legales correspondientes, entre las que se encuentran la licencia de apertura o la inscripción en el Registro de Establecimiento Sanitario. Todo ello, con el fin de asegurar unos requisitos mínimos de seguridad y calidad.
2. Está obligada a tener hojas de reclamaciones y/o sugerencias para que los pacientes que detecten alguna anomalía puedan ponerlo en conocimiento de las instituciones correspondientes.
3. Los profesionales deberán tener la titulación requerida para poder ejercer, estar colegiados y cumplir con la legislación vigente, así como con la ética y la de odontología de la profesión.