SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Cuando tienen esos brotes, muchas personas afectadas sienten reparo a mostrar su piel y por ello se aíslan de los demás. Si es tu caso, toma ya las riendas de la enfermedad supera los complejos y cuídate con estos consejos.
- CUIDA TU PIEL A DIARIO. Es fundamental que te apliques todos los días –con el consejo de tu dermatólogo– una crema hidratante (para reducir el picor, evitar la sequedad de la piel, darle suavidad y elasticidad y que no se formen grietas), con acción emoliente (que ablanda las zonas de la piel inflamadas) y queratolítica (que eliminar la descamación) para facilitar la penetración posterior de otros medicamentos tópicos que te haya indicado tu médico y para que los brotes tarden más en aparecer. La crema se debe aplicar al menos dos veces al día, una de ellas siempre después de la ducha. En invierno son también importantes estos cuidados, por el frío y la falta de sol.
- USA PRENDAS HECHAS CON TEJIDOS NATURALES (algodón, lino, lana, seda) para que tu piel respire. Evita los materiales sintéticos.
- NO TE AUTOMEDIQUES. No todas las psoriasis son iguales. Cada persona tiene “su psoriasis” y le irá mejor uno u otro tratamiento según en qué fase se encuentre el problema, cómo ha respondido a tratamientos anteriores y si padece otras enfermedades. Para evitar riesgos, ponte en manos sólo de profesionales y nunca uses cremas ni otros medicamentos distintos a los que te ha recetado tu dermatólogo, aunque te los recomiende un familiar o amigo.
- SÉ RESPONSABLE DE TU SALUD. Tener unas defensas fuertes es clave para tener controlada la psoriasis. Para reforzar tu sistema inmune, lleva una alimentación adecuada y haz ejercicio físico.
- COMUNÍCATE. Cuéntales con naturalidad a tus familiares y amigos que tienes psoriasis. Explícales en qué consiste y déjales claro que en ningún caso es contagiosa. Apóyate en asociaciones como Acción Psoriasis (www.accionpsoriasis.org).
- APRENDE A DESCANSAR Y A RELAJARTE. Los brotes de psoriasis pueden aparecer o agravarse como consecuencia del estrés y el cansancio. Mantener unos horarios fijos de sueño y dormir las horas necesarias te ayudará a mantener los nervios bajo control. Si necesitas ayuda para “desconectar”, acude a clases de técnicas de relajación.