SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
De acuerdo con las estimaciones de Sanitas Mayores, el 50% de los cuidadores pueden sufrir alteraciones emocionales y físicas (ansiedad y fatiga), algo que se conoce como el síndrome del cuidador. ¿Por qué aparece? Pensemos un poco: la media de esperanza de vida de un enfermo de Alzhéimer, por ejemplo, desde que aparecen los primeros síntomas, es de 12 años.
Un tiempo en el que la enfermedad va evolucionando y en el que cada año que pasa requiere de más ayudas y atenciones por parte de sus cuidadores. Cónyuges, hijos y hermanos son, por este orden, los familiares que lo atienden; personas que, muchas veces, abandonan el resto de sus relaciones por hacerlo y terminan cayendo en enfermedades como la depresión. "Hace diez años era impensable que existieran fundaciones y centros públicos y privados encargados de informar, guiar y ayudar a la figura del cuidador. Afortunadamente, esto ha cambiado", explica la doctora Sandra Poudevida, terapeuta senior de la Fundación Pasqual Maragall. Esta fundación, por ejemplo, se encarga de formar a los cuidadores de Alzhéimer a través de grupos terapéuticos. Conducidos por un psicólogo, en las charlas ayudan a los familiares a saber manejar sus emociones.
Porque, por ejemplo, muchas veces a los familiares les cuesta más encajar la enfermedad en sus fases tempranas que en las avanzadas debido a que, como todo cambio en la vida, se necesita un periodo de adaptación. Una etapa que es fundamental no saltarse. Hay personas que tienden al aislamiento, que se ven desbordadas por la ansiedad y la rabia. Poco a poco, si se cuenta con el apoyo psicológico necesario, se acepta y supera.
Centros de día
Estos espacios (públicos o privados) son un recurso muy favorable para el descanso del cuidador. "No solo porque le proporciona tiempo libre y relajación, sino también porque en ellos se les orienta y asesora a manejar el estrés de los familiares", explica el doctor David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
El propio equipo asistencial del centro de día es quien se encarga de proporcionar estos conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para cuidar del familiar dependiente. En el caso de enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer, le instruyen y aconsejan sobre los diferentes comportamientos que puede mostrar. Un buen conocimiento de cómo una persona con esta enfermedad reacciona a diferentes estímulos permite que su cuidador esté más tranquilo, tenga un estado anímico mejor y conserve más su autonomía. Porque la relación que se crea entre ambos es muy estrecha y su bienestar está interrelacionado.
Si el cuidador no está bien, el paciente tampoco lo estará. Y viceversa. De ahí que debamos cuidarnos, no desatendernos, poner freno al estrés de la situación, en definitiva. Por ellos y nosotros.
Muchos cuidadores se ven obligados a reducir su jornada laboral o a dejar el trabajo
Informarse bien
Los centros de día y las residencias públicas suelen tener listas de espera. Es importante gestionarlo con tiempo si necesitas ayuda.
Procura tu bienestar
No olvides quién eres: Ahora tienes el rol del cuidador, que te ocupa mucho tiempo, pero también eres una persona que necesita relacionarse y realizar algún hobbie. Tenlo en cuenta.
Cuida tu dieta: No descuides tu alimentación. Comer sano (dieta mediterránea) y ordenado (5 comidas al día) te ayudará a tener más vitalidad a diario.
No abandones todo: Es normal que se reduzcan tus relaciones sociales pero no rompas con ellas. Si en lugar de una vez a la semana solo puedes ver una vez al mes a tus amigos no pasa nada, lo importante es que sigas manteniendo el contacto aunque sea esporádicamente.
Delega: pide a alguien de tu confianza (hermano, hijo o amigo) que se queden unas horas al cuidado del enfermo y aprovecha para comer o ir al cine en compañía. Si no, tenderás a aislarte.