Vivimos en una época en la que el padre varón necesita revisar a fondo su manera de ejercer como tal. Es el momento de que asuma su parte de los cuidados, se incorpore a la revolución de la ternura y se comprometa con la igualdad de género y la cultura de la paz.


Este libro pretende ayudar a reflexionar sobre todo ello a partir de la experiencia de cuatro hombres conocidos por todos y cuya forma de ejercer la paternidad supuso en su tiempo una revolución: Abrahán, Akhenatón, Dédalo y Confucio nos han legado un modelo de padre que lo ha cambiado todo. Su mensaje trasciende religiones y épocas, y nos comunica algo universal de la condición humana para todos los padres del planeta.

“Ser un buen padre es una de las cosas más importantes que podemos hacer para cambiar el mundo”. Fernando Vidal.

  • En una encuesta realizada por el Informe Familia, un 85% de los entrevistados no podía referir ni una sola figura que fuera ejemplo público de paternidad.

  • El sociólogo Ralph LaRossa (1997) afirma que en el siglo XIX se ha interrumpido la tradición histórica de la paternidad.

  • Aunque nos parece que antes del final del siglo XX la paternidad siempre fue distante y autoritaria, eso no es así. Antes de 1830 los padres varones estaban más presentes en el hogar, eran mucho más sentimentales, comunicativos y cooperativos con
    los hijos y, además, estaban más comprometidos en su educación.

  • La revolución industrial secuestró al padre del hogar y le internó en larguísimas jornadas en las fábricas. Además de dedicar al hombre totalmente a la producción, se consagró la imagen de la mujer dedicada exclusivamente a la casa y los hijos.

  • El padre se convirtió en un ser ausente que no tenía nada que hacer en casa, sino que su papel era ganar el dinero y relacionar a la familia con la vida pública.

  • Desde la década de 1970 se está produciendo una revolución de la paternidad a la que se van incorporando progresivamente millones de hombres.

  • Hay un giro en las formas de ejercer la paternidad. Por un lado, queremos comprometernos más con nuestros hijos en igualdad y cooperación con nuestra pareja. Queremos estar plenamente presentes, ser más tiernos, comunicativos o dedicarnos más a los cuidados directos. Es decir, hacer aquello para lo que estamos naturalmente programados.

  • El cuerpo del hombre cambia cuando se hace padre, no solo se transforma el de la madre. El sistema hormonal masculino se altera sustancialmente y varían los niveles de testosterona, oxitocina, vasopresina o prolactina. Todos esos cambios suceden
    desde que se originó el ser humano y su fin es hacer al padre más cercano, protector, tierno, lúdico, empático o resistente al estrés.

  • Deberíamos tender un puente a la historia para conectar con todos los hombres que aportaron como padres lo mejor de sí a sus hijos. Algunos de ellos protagonizaron auténticas revoluciones y la forma de ser padre cambió a partir de ellos.

  • Deberíamos hacer una biografía de la paternidad que nos uniera a todos.

  • Fernando Vidal nos invita a un viaje de más de tres mil años que nos llevará de las tres orillas del Mediterráneo al Extremo Oriente.

“Nada mejor que ponernos cómodos y sumergirnos en las historias que nos propone Fernando: estos cuatro hombres que revolucionaron la paternidad y, con ello, el mundo en que vivimos”. Ritxar Bacete

ABRAHÁN: La liberación del hijo

  • Es el primer gran relato sobre paternidad que nos encontramos en la Historia.
  • Es un hombre ya mayor que no puede tener hijos con su pareja.
  • Recurre a la maternidad subrogada. Su primer hijo es adoptado. Tiene hijos de distintos matrimonios.
  • Forma parte de un “fratriarcado”.
  • Hasta Abrahán, nunca el deseo de ser padre había aparecido con tal fuerza en la Historia.

  • Ismael e Isaac son hijos deseados en los que Abrahán pone toda su pasión, son el centro y razón de su vida. Él se muestra cariñoso, afectuoso y sensible con ellos.

  • Por primera vez el padre perderá su poder absoluto sobre el hijo y se le negará cualquier derecho a dañarle o ponerle la mano encima.

  • De su separación dolorosa de su tierra y su familia aprendió que padres e hijos se deben a algo más grande que el rey, la ciudad, las propiedades, las seguridades, la tradición, el clan, los dioses o ellos mismos.

  • Educa a sus hijos en la confianza y en un modo de vida que discierne cada día el camino por andar.

  • ¿Qué padre de aquella época rechazaría sacrificar a su hijo si era una costumbre, tenía derecho y se lo pedía tan patentemente un dios? Lo normal era que Abrahán sacrificara a Isaac y lo disruptivo es que no lo hiciera.

  • No es el relato de un intento de asesinato del hijo sino de un cambio ético fundamental. 

AKHENATÓN: La revolución de la ternura

  • Las imágenes más antiguas de la paternidad lo muestran en actitud cariñosa con sus hijas.
  • Su paternidad es un modelo de amor, alegría y dedicación.
  • Fue un comportamiento coherente con la revolución social, cultural y religiosa que intentó poner en marcha.

Los rasgos principales que aportó la paternidad de Akhenatón son:

  • Una paternidad cariñosa, cercana, tierna, espiritual, definida desde la alegría del amor.

  • La paternidad amorosa de Akhenatón no se esconde. Es expresiva y comunicativa.

  • Prioriza a sus hijas sobre los protocolos, formalidades o reglas que tradicionalmente exigía ser rey. Akhenatón les dedicó tiempo para instruirlas, para jugar con ellas y también para realizar junto con ellas y Nefertiti acciones de solidaridad y donación a la gente.

  • La paternidad de Akhenatón compromete a sus hijas con algo mayor que ellos e implica a toda la familia en la misión de transformar Egipto en una civilización del amor y la paz.


El relato del Ciclo de Setma aporta tres claves más:

  • Aprender del hijo, a quien se escucha y reconoce.

  • Dejarse cuidar, abrazar y amar por los hijos.

  • Setma pide ayuda a su hijo –igual que su padre se la pidió a Akhenatón– ante los desafíos del mundo.

DÉDALO: Dar alas al hijo

  • Tiene extraordinario talento para la creación.
  • Se hace memorable por su relación con su hijo Ícaro.
  • La imagen Dédalo-Ícaro está muy presente en las estelas funerarias romanas como representación de la relación paternofilial.
  • Dédalo fue el único de los tres padres de la historia que estuvo en el laberinto con el hijo. Fue el único que entró y permaneció con su hijo dentro del laberinto de la vida.

  • Ayudó a su hijo a formar las alas para emprender el vuelo. No solamente le dejó a su aire, sino que hizo posible el sueño de volar que tuvo su hijo, construyó con él las alas para alzar el vuelo solo y le dio todos los consejos necesarios. Se comprometió con la emancipación del hijo.

  • Confió en su hijo aunque fuera torpe para las cosas prácticas –en realidad le gustaba la música– y no suficientemente maduro. Pero Dédalo confió y puso todos los medios para que su hijo saliera adelante.

  • Seguramente Dédalo a lo largo de la todavía larga vida que le quedaba, se sentiría culpable por la muerte de su hijo. Pero seguro que nunca se arrepintió de haberle dado alas y haber puesto toda su confianza en él.

  • Respecto a los otros personajes que entran en el laberinto del Minotauro, conmueve de Egeo cómo iba cada día a la ensenada a ver si había vuelto su hijo Teseo y de Minos, el amor incondicional por su hijo pese a la discapacidad que sufría.

CONFUCIO: La piedad paterna

  • La influencia de su sabiduría se deja sentir en todo el área de influencia de China.
  • El centro de la tradición confeccionista es el amor de los hijos a los padres.
  • Ha configurado un modelo basado en el amor, piedad y devoción por el padre.
  • La relación padre-hijo se basa en la experiencia de entregar la propia vida, en el contacto y cuidado cuerpo a cuerpo en el hogar.

  • La piedad nos hace fijarnos en el otro, requiere atención, reconocimiento y contemplación del otro. Lo que le ocurre al otro o lo que hace, nos conmueve, nos mueve lo más íntimo y nos despierta amor por él. Nos compromete internamente con
    el otro, no como una idea sino con su persona concreta y única. La piedad es el amor que se conmueve por el otro.

  • La paternidad confucionista está regulada por el respeto que surge de esa piedad. El respeto es mutuo entre padres a hijos e implica reconocimiento de la dignidad del otro, cuidado concreto de cada uno, responsabilidad por el otro, paz y amabilidad en el trato y gratitud.

  • La paternidad siempre es incondicional.

 


Fernando Vidal (Vigo, 1967) es director del Instituto Universitario de la Familia, profesor de Sociología de la Universidad Pontificia Comillas y profesor de investigación de Boston College.

Es presidente de la Fundación RAIS y patrono de las fundaciones FOESSA y Boscosocial. Ha creado diversos métodos para el desarrollo de la familia y la relación de los hijos. Entre sus libros destacan:

  • La revolución del padre
  • El reloj de la familia
  • Las cuatro estaciones
  • Luke, examina tus sentimientos
  • La última Modernidad
  • Infancia en España

Es el director del Informe Familia, en el cual se inscribe este proyecto.

 

 

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