Algunos niños duermen poco y con dificultad desde su nacimiento. Con un poco de paciencia, se puede conseguir que descansen mejor. En sus primeros meses de vida, el aprendizaje más importante del niño tiene que ver con la alimentación y con el sueño.


Durante su estancia de nueve meses en el interior del útero de su madre, está demostrado que el feto pasa horas durmiendo, por lo que es normal que al nacer siga haciéndolo. Además, está demostrado que el sueño en estas primeras etapas contribuye de manera muy importante al desarrollo cerebral del niño, por lo que es fundamental favorecer su adecuado descanso desde el nacimiento.

Todos los padres deben tener muy en cuenta que acostumbrar a un niño a dormir bien después de que haya cumplido su primer año de edad es harto difícil si no tiene consolidados desde el comienzo de su vida unos correctos hábitos de sueño. Además, si no se le ha inculcado una adecuada rutina de descanso, el niño corre el riesgo de padecer trastornos patológicos a medio o largo plazo relacionados con el sueño, al igual que los adultos.

Como nadie nace sabiendo, el pediatra en estos casos es un aliado con el que hay que contar.

¿Cuánto tiempo tiene que dormir?

La mayoría de los recién nacidos duermen entre 18 y 20 horas al día, alternando periodos de sueño de dos o tres horas con vigilias de menos de una hora.

A los tres o cuatro meses duerme entre 16-17 horas diarias, repartidas en cuatro o cinco periodos, la mayoría de ellas por la noche. A los seis meses duerme alrededor de 14-16 horas, doce de ellas durante el periodo nocturno. Al año duerme un total de 14 horas.

¿Dónde tiene que dormir?

Durante su primer mes, los pediatras aconsejan que el bebé duerma en la misma habitación que los padres. Así la mamá lo tendrá cerca y se lo puede poner al pecho cuando lo demande. En los primeros meses debe dormir sobre un colchón semiduro, sin almohada, cubriéndole con sábana y manta o un saquito de dormir para que no se enfríe en invierno, pero hay que evitar que pase calor. En verano, una sábana ligera será suficiente.

¿Solito o en brazos?

Desde el primer momento es fundamental acostumbrar al bebé a dormirse solo. Hay que evitar dormirlo en brazos, ya que de ser así lo demandará siempre. Tampoco es aconsejable acunar sin parar la cuna o el carrito de paseo para que se duerma, se acostumbrará igualmente a este vaivén y no dormirá si no se lo hacemos.

Si llora en el momento de acostarle podemos arrullarle, pero hay que colocarlo en la cuna antes de que se duerma, y sobre todo no permitir que duerma junto con los padres en la misma cama. El niño debe dormir siempre en su cuna.

Los bebés tardan en dormirse entre 20-30 minutos, y tenemos que procurar no estar en la habitación durante este periodo.

¿En qué postura?

Para la prevención del síndrome de la muerte súbita del lactante, el bebé siempre debe dormir en la cuna boca arriba con la cabeza ladeada, para que no se atragante si tiene flemas o vomita leche.

¿Debe dormir igual de día que de noche?

En general, desde su nacimiento debemos acostumbrar al bebé a diferenciar entre el día y la noche, entre la vigilia y el sueño. Así, durante el día deberá haber luz y ruidos ambientales normales, y por la noche silencio y oscuridad. Esta rutina debe mantenerse también los fines de semana, aunque los mayores tengamos otras costumbres menos rígidas en cuanto
a horarios esos días.

Es importante esta diferenciación, ya que marcará la evolución del sueño del niño. No caigamos en el error de si llegamos tarde a casa y el bebé está dormido, cogerlo para jugar con él, ya que si se acostumbra, nos lo pedirá siempre, creando un mal hábito que repercutirá en su sueño.

¿Con o sin Chupete?

Si el bebé usa el chupete para dormirse, es conveniente quitárselo justo cuando se haya quedado dormido. Si se acostumbra a mantener el chupete mientras duerme, es fácil que se despierte llorando cuando se le caiga.

Ten paciencia...

  • Si a tu bebé le cuesta dormir, por la tarde dale un baño relajante, y termina con un suave con crema o aceite hidratante.

  • No tengas prisa para que se duerma ni mantengas una actitud acelerada. Tu bebé lo notará y no se relajará.
  • Si te reclama la toma por la noche, dásela. Si no te la pide, deja que descanse.

  • Los medicamentos inductores del sueño nunca se deben dar a los bebés.

  • El insomnio es un trastorno muy frecuente en niños, y puede afectarles hasta los cinco años de edad. Sé persistente en que aprendan a dormir; será lo mejor para ellos, pero también para el descanso y la armonía de toda la familia.

 

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