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Christian es un chaval rubio y espigado que aparenta más edad de los seis años que tiene. Tanto porque es más grande de lo normal para un niño de su edad, como por su comportamiento: muy espabilado para un chaval que ni siquiera está en la preadolescencia. María, su madre, está preocupada. Cree que su hijo se comporta de una forma «demasiado adulta» y teme que eso haga que el resto de los niños le den de lado. Christian es un ávido lector, muestra interés por muy diversas áreas, es independiente y algo indisciplinado y cuando asiste a una actividad extraescolar lleva claramente la delantera del grupo, lo que crea cierto malestar en otros niños.
Si dudas, busca ayuda
Es evidente que Christian es un niño que destaca. Y a cualquier padre le gusta que su hijo sea espabilado. Pero, ¿qué pasa cuando un niño es demasiado inteligente? ¿Cómo podemos ayudarle a vivir su capacidad de forma positiva sin que ello le genere dificultades a nivel social?
La neuropsicóloga Beatriz G. Luna, desde su blog Educar a los hijos, propone un sencillo manual de cinco pasos, siempre con un consejo básico: buscar ayuda profesional si el niño es claramente superdotado y estas sencillas normas se le quedan cortas:
- Trata de comprenderlo. Los niños muy inteligentes se sienten diferentes y ello puede hacerles sentir incomprendidos y solos. Por eso, a veces, se comportan de manera extraña.
- Valora sus aspectos positivos. Estos niños no son unos creídos, pero saben que son muy inteligentes. Y, como todos los niños, para ser felices precisan sentirse aceptados y valorados.
- Afronta con naturalidad sus logros y fracasos. A veces les transmitimos sorpresa y hasta decepción, cuando no logran algo pese a estar capacitados de sobra. Eso les hace sentirse fracasados.
- Enséñales a descubrir sus talentos y sus limitaciones. Con eso aprenderán a vivir con sencillez su capacidad.
- Foméntale que ayude a los demás. Prepárale para que cuando tu hijo vea que otro niño no sabe algo, en lugar de ridiculizarlo, le enseñe cómo se hace. Eso le hará sentirse valioso y hará que los demás lo acepten.
Presta atención a estas ocho señales
Detectar pronto que un niño es superdotado es vital para que desarrolle sus capacidades intelectuales y no lo tachen de distraído, lento, hiperactivo o difícil. Aquí te damos algunas claves para saber si un niño es superdotado y, en ese caso, buscar ayuda profesional para ayudarlo.
- Suelen ser muy precoces. Comienzan a hablar pronto y aprenden a leer rápidamente. Su precocidad llama la atención de las personas que los rodean, ya que realizan tareas que no se corresponden con su edad. Pero la precocidad por sí sola no es un indicativo de superdotación.
- Necesitan leer constantemente. Estos niños leen con avidez libros o publicaciones de los más diversos temas, mostrando un enorme interés por aprender. Curiosamente, pueden pasar periodos sin leer, que alternan con otros de mucha lectura.
- Muestran interés por áreas muy diversas. Desde muy niños tienen interés por múltiples áreas y dedican especial atención a las relacionadas con la ciencia y la naturaleza. Les suele apasionar la investigación.
- Son muy inteligentes, pero su rendimiento académico es bajo. Las cifras señalan que 6 de cada 10 de estos niños suspenden y algunos repiten curso. Este problema puede surgir a cualquier edad, se aburren en el colegio porque este no les da la educación que necesitan. Por el contrario, si el niño logra buenas notas, es posible que tenga dificultades de orden afectivo y social.
- Son hipersensibles y creativos. Todo les afecta más que a un niño de capacidad normal y, en ocasiones, lloran con facilidad por cosas de poca importancia. Cuentan con una alta capacidad creativa y son innovadores.
- Son observadores y muy intuitivos. Son muy observadores, con gran capacidad de análisis y razonamiento y gran intuición. Demuestran una gran curiosidad haciendo numerosas preguntas, muchas sorprendentes.
- Son independientes y algo indisciplinados. A veces tienen problemas de relación con otros niños. Son independientes y prefieren estar con los mayores. No acatan normas a no ser que se les dé una explicación lógica.
- Suelen sufrir discronías. En ocasiones, el superdotado presenta discronías, debido al desfase entre el nivel intelectual del niño –que percibe la realidad como un adulto– y el nivel afectivo, en el que muestra un comportamiento adecuado a su edad.
Lo son pero no lo saben
La Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST) estima que en España hay unos 300.000 niños con estas características y que el 99,4% de ellos no están identifi cados. Los últimos estudios indican que el 70% de todos ellos tienen un bajo rendimiento escolar y que el 35% sufre fracaso escolar.
Son ávidos lectores y se interesan por temas muy diversos. También son independientes e indisciplinados, y suelen llorar con facilidad.