SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
No se puede considerar como una enfermedad, pero sí puede afectarnos cuando volvemos al trabajo después de un periodo vacacional. Se caracteriza por experimentar cierta dificultad al incorporarse, podemos sentir un mayor cansancio, dificultad para conciliar el sueño, somnolencia y nerviosismo. Nos puede afectar a todos pero, sobre todo, si el trabajo no nos motiva o si hay dificultades. Lo normal es que remita pasadas unas dos semanas, por lo que no nos debe preocupar. Aunque también podemos adoptar una serie de estrategias para minimizar sus efectos.
Vuelve despacio
Mantener cierto horario en vacaciones nos permitirá que a la vuelta no nos resulte tan complicado volver a madrugar o cumplir con la rutina. No se recomienda regresar justo el día de antes de incorporarnos. Lo ideal es que nos demos tres o cuatro días para adaptarnos. Las vacaciones son importantes y necesarias, pero no debemos centrar nuestro pensamiento en ellas durante todo el año. Eso sí, mientras las estemos disfrutando, hay que aprovecharlas al máximo e intentar desconectar de la oficina. Retomar aficiones nos hará la vuelta más agradable. Y si no las tenemos, es el momento de descubrir qué actividades pueden enriquecer nuestro año.
Organización
Si a la vuelta de las vacaciones se produce un enfrentamiento a un trabajo acumulado durante el periodo estival, la organización es esencial para que no desesperemos. Ordenar la mesa de la oficina, evitando los montones caóticos, y preparar la agenda siendo realista y estableciendo prioridades son estrategias que nos ayudarán a no estresarnos.
Aprovecha la vuelta para descubrir nuevas aficiones y actividades que enriquezcan tus horas libres en el nuevo año laboral
¡Muévete y relájate!
El deporte y algunas terapias de relajación como el yoga o el taichi pueden ser de gran ayuda para descargar tensiones. La meditación o mindfulness ejerce efectos muy positivos sobre el cerebro y aumenta su capacidad de adaptarse a las situaciones difíciles. Darse un capricho y reservar en algún centro de masajes también puede convertirse en una buena estrategia para escapar del síndrome postvacacional.
Es hora de ir al médico
Si la sensación de malestar dura más de dos semanas es aconsejable pedir cita en un especialista. El estrés que genera puede enmascarar un trastorno de ansiedad o depresión. El médico valorará si es necesario realizar algún tipo de terapia o si puede ser recomendable tomar fármacos como ansiolíticos o, incluso, antidepresivos.