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Se cura solo, pero podemos acortar su duración con un tratamiento adecuado.
¿Cuál es la causa del herpes labial?
Su causa es un virus (herpes simple tipo 1) que sólo vive en la especie humana, es decir, que se transmite exclusivamente “persona a persona” –y muy a menudo entre miembros de una misma familia– a través de la saliva y de otras secreciones. Es una de las enfermedades víricas más frecuentes. Su incidencia es de hasta el 60% de los niños menores de diez años y va en aumento con la edad: afecta a casi el 90% de las personas mayores de 50 años.
Hay otro tipo de virus del herpes (tipo 2), que afecta a la zona genital y que es especialmente problemático durante el embarazo por el riesgo de infección fetal o neonatal si hay lesiones en el momento del parto. Es excepcional antes de la pubertad, pues su mecanismo de contagio suele ser por vía sexual.
¿En qué consiste la infección?
Una vez que el virus entra en nuestro organismo, permanece inactivo en unas estructuras nerviosas próximas a la médula espinal –ganglios neurales–. En determinadas circunstancias, el virus “viaja” a través de los nervios hacia la piel y se reproduce la erupción.
Las lesiones –pupas o “calenturas”–, con forma de vesícula, van dando lugar a una costra hemorrágica. Estas “pupas” suelen curarse de forma espontánea en unos siete o diez días. Cuando las condiciones vuelven a ser favorables al virus, se reactiva, aunque la infección suele ser más
localizada y se resuelve en menos tiempo.
¿Qué otros síntomas acompañan a la erupción?
- En la mitad de los casos, los pacientes notan unos síntomas previos que anuncian la aparición del brote de herpes, que puede ser sensación de quemazón, picor o dolor.
- Cuando un individuo no inmunizado entra en contacto por primera vez con el virus del herpes simple, el proceso de incubación puede ser asintomático, o bien producir fiebre y malestar general.
- A veces, las lesiones aparecen en otras zonas (dedos, nalgas, mejillas, área ocular), que pueden producir dolor. Hay que tener especial cuidado con la localización ocular pues puede dejar secuelas muy importantes. En estos casos siempre hay que acudir a urgencias para que las lesiones sean valoradas por un oftalmólogo.
¿Qué factores desencadenan estas infecciones?
No se conocen los mecanismos concretos. Se piensa que puedan tener que ver con factores inmunológicos (de defensa). Existen factores como estrés emocional, exposición solar intensa, procesos febriles, traumatismos, manipulaciones dentales o la menstruación, que favorecen las recurrencias.
¿Hay alguna circunstancia que agrave la infección por el virus del herpes simple?
Sí. Hay que tener mucho cuidado con los niños que tengan las defensas bajas y con los recién nacidos, pues presentan cuadros generalizados mucho más intensos y duraderos que pueden requerir ingreso hospitalario, sobre todo si las lesiones impiden a los pequeños comer y beber con normalidad.
Otra circunstancia a tener en cuenta es la dermatitis atópica, en especial si es severa, ya que una infección por herpes simple puede dar lugar a un cuadro generalizado denominado eccema herpeticum, que también precisa tratamiento especial.
¿Cómo hay que tratar la infección?
El tratamiento tópico con distintos tipos de cremas ayuda a acortar la evolución y evita que las lesiones dejen cicatrices. Si el cuadro es muy intenso o si el estado o la edad del paciente lo hacen conveniente, se debe usar un antivírico oral, o bien intravenoso.