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Son inconvenientes que a muchas personas que padecen enfermedades reumáticas les hacen pensárselo dos veces a la hora de viajar en vacaciones. Sin embargo, como explica la Sociedad Española de Reumatología en su guía “Enfermedades reumáticas: las preguntas de los pacientes”, si se siguen unas pautas, el reumatismo no ha de ser un impedimento para disfrutar de cualquier viaje.
Planifícalo todo
Antes de viajar, es muy importante tener programados todos los detalles y no dejar nada a la improvisación para no encontrarse con imprevistos.
- Si viajas en coche: Haz paradas con frecuencia para descansar. Practica los ejercicios que te han recomendado antes del viaje y durante las paradas para evitar la rigidez y el dolor que puede causar la inmovilidad.
- Si haces un viaje largo en avión o en tren: Levántate del asiento cada hora y camina durante cinco minutos. Al contratar tus vacaciones en la agencia de viajes o directamente con la aerolínea o compañía de tren, solicita que te proporcionen los asientos más cómodos y espaciosos, que suelen ser los situados junto a las salidas de emergencia. Además, en los aeropuertos y estaciones –al igual que en los hoteles– pueden facilitarte servicios especiales para tu movilidad, como una silla de ruedas o un vehículo de transporte. Conviene procurar que el viaje sea directo, sin escalas, para evitar los traslados, las conexiones apretadas y las esperas prolongadas. Y si es posible, es mejor evitar también los días y las horas “punta”, en los que la gran afluencia de gente obliga a hacer largas colas para facturar y recoger el equipaje, contratiempos que, sin duda, incrementan la fatiga física.
¡Sé realista!
Las enfermedades reumáticas como la artrosis, la lumbalgia, la artritis reumatoide, las tendinitis o la osteoporosis producen dolor en los huesos, músculos y articulaciones, y dificultan los movimientos. Por ello, las personas que padecen estas dolencias tienen que ser realistas y adaptar al máximo el viaje a sus limitaciones.
Por ejemplo, aunque nos guste mucho la montaña, los caminos irregulares y escarpados no son lo más aconsejable para unas articulaciones enfermas que se sobrecargan con facilidad. Elige rutas más sencillas.
Si optas por un destino de sol y playa, ten en cuenta que el ambiente húmedo y cálido suele ser favorable para determinadas enfermedades como la osteoporosis, pero puede perjudicar a otras como el lupus.
Quizá en la agencia de viajes o en el hotel, camping o centro vacacional donde pasas tus días de descanso te ofrezcan todo tipo de excursiones y actividades, pero es importante consultar antes en qué consisten exactamente y plantearse si realmente vas a poder realizarlas sin problemas.
En definitiva, hay que recordar que estamos de vacaciones, que son días para disfrutar, descansar y tener más salud. Por ello, mejor será dejar a un lado toda actividad que suponga un sobreesfuerzo innecesario.
Existen muchas posibilidades para divertirse siguiendo cada cual su propio ritmo.
Más consejos
- El equipaje: No lleves peso excesivo en la maleta. Selecciona bien lo que realmente vas a utilizar. Las maletas y bolsos de viaje con ruedas son más fáciles de mover, pero puedes hacerte daño igualmente en hombros y brazos si pesan mucho.
- Vestido y calzado: Usa prendas amplias que te permitan moverte con facilidad, para que tus articulaciones sufran menos. Los zapatos, sandalias y zapatillas que lleves en tu equipaje deben ser los más cómodos que tengas, con poco tacón (pero no totalmente planos), que no te aprieten ni te produzcan rozaduras.
- Consulta a tu médico: Infórmate de si tu enfermedad reumática tiene alguna limitación especial –en cuanto a la alimentación, toma de medicamentos, etc.– por si necesitas tener en cuenta algún detalle durante estos días de vacaciones.
6 cosas imprescindibles en tu equipaje de mano
- Documentación personal y tus billetes de viaje.
- Los medicamentos que tomas.
- Algún alimento ligero como fruta o yogur, que puedes necesitar para tomar la medicación.
- Una pequeña almohada cervical para poder echar algún sueño durante el viaje.
- Un informe actualizado de tu enfermedad y el tratamiento que sigues, por si tienes que acudir a otro médico.
- Tarjeta del Sistema Nacional de Salud. Si viajas por Europa, solicita en tu centro de salud la Tarjeta Sanitaria Europea. Para otros países, consulta la cobertura de tu seguro médico.
¡Muévete! Y también descansa
A las personas que padecen enfermedades reumáticas les benefician tanto la actividad física suave y controlada como el reposo. Es importante alternar ambas rutinas.
- El reposo evita que las zonas enfermas por el reumatismo se deterioren y reduce la fatiga intensa que producen dolencias como la artritis reumatoide o la fibromialgia. Si hay dolor, el descanso ayuda a aliviarlo, pero si aparece un brote de dolor agudo, el reposo es obligatorio. Precisamente porque en la mayoría de las ocasiones estos brotes son impredecibles, las personas afectadas por este tipo de enfermedades deben procurar que sus vacaciones sean activas, pero tranquilas. Y si hacemos hincapié en la necesidad de reposo, no podemos pasar por alto la importancia de dormir bien: un mínimo de ocho horas, e incluso una siesta de 20 o 30 minutos, es un descanso recomendable.
- Al ejercitar huesos, músculos y articulaciones con prudencia, estos se fortalecen y el dolor se alivia notablemente. Durante las vacaciones, y más aún si sales fuera de casa durante unos días, no tienes excusa: aprovecha para hacer ejercicio al aire libre y en el agua. Caminar un rato tras la puesta de sol o nadar en la refrescante agua del mar o de la piscina es más que suficiente para notar mejoría poco a poco.