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En los años 90, el Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP) se describe como la presencia de un trastorno hormonal que cursa con un hiperandrogenismo (exceso de hormonas típicamente masculinas) asociado a anovulación crónica, sin otra causa específica de enfermedad, relacionada con irregularidades menstruales o exceso de andrógenos.
En 2003, para el SOP, la Sociedad Europea de Reproducción y Embriología (ESHRE) y la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM), en una conferencia de consenso realizada en Rotterdam, determinan llegar a los criterios diagnósticos actuales.
¿Cómo se diagnostica?
Según los criterios establecidos en Rotterdam, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) diagnostica el SOP por la presencia de al menos dos de los siguientes tres síntomas:
- Presencia de oligo y/o anovulación (ovulación insuficiente o ausencia total).
- Hiperandrogenismo funcional ovárico.
- Ovarios de apariencia ecográfica poliquística.
Sabemos que es un trastorno endocrino-metabólico que cursa con signos y síntomas variados que afectan, de forma particular a cada mujer, entre los que además de obesidad, alteraciones menstruales, hirsutismo, acné, alopecia e infertilidad, puede estar presente la resistencia a la insulina.
La prevalencia de la resistencia a la insulina aparece en el 50–70% de los casos, siendo más común en mujeres obesas (aunque también puede aparecer en personas sin sobrepeso) asociándose con otras enfermedades como la diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular o hígado graso que se puede presentar a largo plazo.
¿Por qué las mujeres con SOP tienen mayor riesgo de infertilidad?
El SOP es una de las patologías ginecológicas más frecuentes en mujeres en edad fértil debido a que presentan distintos grados de disfunción ovulatoria: oligomenorrea (ciclos largos, mayores a 35 días), dismenorrea (dolores menstruales severos y frecuentes asociados con la menstruación), amenorrea (ausencia de menstruación durante al menos 3 meses), polimenorrea (ciclos cortos, menores a 24 días) e hipermenorrea (reglas muy abundantes). Incluso algunas pueden tener ciclos menstruales regulares con episodios anovulatorios.
Se estima que es una de las alteraciones más frecuentes en mujeres en edad fértil (afecta del 4 al 12% de ellas).
¿Qué es el Myo-inositol? ¿Puede beneficiar a la mujer con síndrome de ovarios poliquísticos en su etapa fértil?
El Myo-Inositol, estrechamente asociado con el complejo de vitaminas B, es uno de nueve tipos diferentes de Inositol. Se produce en el cuerpo, juega un papel importante como base estructural para una serie de mensajeros secundarios y es también la forma más comúnmente encontrada en la naturaleza en alimentos como frutas, legumbres y nueces.
Según datos presentados en el XXII Congreso de la Sociedad Europea de Ginecología celebrado en España en 2017, varios estudios científicos respaldados por más de 10 años de evidencia demostraron que la acción del Myo-Inositol puede ser beneficiosa para la mujer en edad fértil, recuperando la ciclicidad menstrual y la ovulación, disminuyendo el tiempo medio hasta la primera ovulación y optimizando la calidad ovocitaria y los posibles problemas de fertilidad. Existen múltiples estudios que evalúan los efectos beneficiosos del Myo-Inositol sobre parámetros metabólicos y hormonales.
Su incidencia favorable en la resistencia insulínica, en el perfil lipídico, y en la disminución de los niveles sanguíneos de andrógenos, puede mejorar los signos frecuentemente encontrados ya descritos en mujeres con SOP como son: acné, hirsutismo, obesidad, riesgo cardiovascular y los síntomas asociados al síndrome premenstrual conocidos como trastorno disfórico premenstrual, depresión, ansiedad y cambios de humor.