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La menopausia es el período de transición entre la vida fértil de la mujer y la pérdida de su capacidad de reproducción, lo que conlleva diversos cambios físicos. Durante esta etapa, que ocurre alrededor de los 50 años y cuya duración depende de cada mujer, los ovarios dejan de producir óvulos y segregan una menor cantidad de hormonas, como estrógenos y progesterona. Una vez que la función ovárica se detiene completamente comienza la postmenopausia y, con ella, los síntomas atribuibles a este descenso hormonal.
A partir de la menopausia la piel sufre cambios importantes y tiene otras necesidades. Junto con la reducción de los niveles hormonales, la mujer pierde colágeno tipo 4, el encargado del espesor de la piel. Por eso es necesario reforzar las medidas preventivas para evitar, principalmente, el daño de la luz solar. Si quieres estar preparada para afrontar los efectos de la menopausia sobre tu piel, toma nota.
Claves que influyen en el aspecto de la piel
- El ciclo de renovación celular se ralentiza y, por ello, la superficie de la piel se hace más rugosa. Al mismo tiempo, la capa que se encuentra directamente bajo la capa córnea se hace más fina y pierde parte de su capacidad de barrera protectora.
- Se producen alteraciones en la queratina, que es la proteína que cubre las células de nuestra piel, por lo que pierde capacidad de retener el agua de su interior. También disminuye el número de glándulas sebáceas y la producción de sebo. Estos dos factores producen un aumento de la sequedad y la deshidratación.
- Se producen menos melanocitos, las células encargadas de producir la melanina, y por tanto, la piel se torna más pálida y pueden salir manchas blancas. Por otra parte, los efectos de la exposición al sol en el pasado se vuelven evidentes, en forma de manchas e hiperpigmentación.
- Se debilita la capa que conecta la dermis con la epidermis, por lo que le llegan menos nutrientes.
- Disminuye la cantidad de colágeno y elastina, que dan estructura a la piel y garantizan el volumen y la cohesión de los tejidos. Todo ello provoca la flaccidez que desdibuja los contornos, sobre todo el del óvalo de la cara.
Medidas para frenar el deterioro
El secreto para mantener la tersura de la piel y cubrir unas necesidades cada vez más específicas no recae solo en el uso de productos especiales, sino en prevenir y ser muy constante. A los cuidados de la piel, que deben incluir tratamientos adecuados a nuestra edad, hay que añadir un estilo de vida saludable en el que no puede faltar una correcta alimentación, ejercicio y descanso suficiente.
- Limpia el rostro del maquillaje y la suciedad diaria con jabones líquidos no irritantes que mantengan el pH alcalino, entre 4 y 6, para no alterar la barrera hidrolipídica. Después, conviene secar sin fricción.
- Aplícate una hidratante que contenga ingredientes activos para pieles maduras como colágeno, elastina, ácido hialurónico y vitamina C. Si no es suficiente, refuérzala con un serum como paso previo a la crema.
- Si tienes lentigos por el sol o manchas, preserva la luminosidad de tu cutis utilizando algún tratamiento despigmentante.
- Es el momento de incorporar una crema para el contorno de los ojos. Aplícala con suaves golpecitos de las yemas de los dedos sobre la zona.
- Antes de acostarte aplícate una crema nutritiva en lugar de la hidratante, pues por la noche la piel absorbe mejor los nutrientes.
EN ESTA ÉPOCA SE PIERDE COLÁGENO TIPO 4, QUE SE OCUPA DEL ESPESOR DE LA PIEL
Tras la menopausia
A partir de los 65…
- La piel ha perdido gran parte de la elasticidad y las arrugas se marcan con más fuerza.
- Se produce la dermoporosis, un proceso que consiste en la pérdida de calcio y que provoca que la piel se deshidrate, los tejidos se relajen y aparezca la flacidez.
- Además, la piel se vuelve más frágil y más seca y puede dañarse fácilmente.
¿Qué cuidados precisas?
- Lo más importante para la piel madura es la hidratación y una alta protección solar.
- La exfoliación para eliminar las células muertas de la piel debe realizarse con un producto muy suave una vez al mes. Solo con eso ya se reactivará la circulación y se eliminarán de forma natural las células muertas.
- Usa a diario una crema antiedad con retinoides, antioxidantes o ácido hialurónico.
- Los aceites como el de argán y rosa mosqueta penetran más profundamente en la piel que los agentes hidratantes cosméticos y son buenos aliados para devolver la elasticidad a la piel. Puedes mezclarlos con la hidratante diaria.
- Toma suplementos de calcio: fortalecen los huesos y te protegen frente a la dermoporosis.
¿Qué tienes que evitar?
- Exponerte al sol con un factor de protección menor de 50. El motivo es que la radiación ultravioleta envejece la piel.
- Utilizar maquillaje denso para ocultar arrugas, ya que así solo se ven más. Es mejor cuidar tu piel de forma adecuada y usar una base de maquillaje anti-edad con efecto lifting o tensor para darle elasticidad y brillo al cutis.
Más de 9 millones de mujeres, un 19,3% de la población española, tienen más de 50 años, por lo que vivirán más de un tercio de su vida en situación de postmenopausia
También requieren cuidados especiales...
Cabello
Si quieres lucir un pelo sano y evitar su deterioro en la medida de lo posible durante esta etapa:
- Utiliza un champú y mascarilla adecuados a tu tipo de cabello.
- Limita el uso del secador y las planchas para el pelo.
- Protégelo contra la radiación solar, el agua de mar y la piscina aplicándote unos productos adecuados.
- Practica ejercicio regularmente: estimula la circulación sanguínea y, por tanto, el riego del folículo piloso.
- Una dieta sana y equilibrada aporta vitaminas y minerales como el hierro y el calcio, claves para la salud de tu melena.
- Consulta con un especialista si notas una fuerte caída o lo encuentras más frágil y quebradizo de lo habitual.
Uñas
Durante la menopausia, las uñas sufren algunos cambios que las debilitan y exigen ciertos cuidados específicos.
- Las alteraciones hormonales durante la menopausia pueden afectar a la queratina, la sustancia de la que se componen las uñas y que les proporcionan resistencia y dureza. La deshidratación también empeora su calidad y aumenta su fragilidad.
- Cuídatelas aplicando a diario, antes de acostarte, una crema hidratante para manos y uñas. Usa guantes para protegerlas del agua o si vas a utilizar algún producto irritante. Cuida tu alimentación y practica ejercicio. Si tus uñas se vuelven frágiles y finas o presentan alteraciones en el color, es conveniente que consultes con el médico.