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Desde la prensa y las televisiones, las empresas cosméticas nos bombardean cada día con nuevos productos. Con ellos nos prometen la juventud eterna apoyados en sus innovadoras tecnologías, sus novedosos principios activos y sus ingredientes de última generación, con nombres impronunciables cuya terminología y utilidad desconocemos. Solo en España coexisten más de 450 productos dermocosméticos para todo tipo de pieles y dirigidos a todos los bolsillos.
¿Son realmente eficaces?
Durante los últimos años, los fabricantes de cosméticos han introducido en sus productos un sinfín de principios activos e ingredientes fruto de la investigación y el desarrollo (I+D) de sus laboratorios. Pero, ¿es solo de márketing o funcionan de verdad? Todos sabemos, porque nos lo han repetido hasta la saciedad, que la piel tiene memoria, y que su cuidado requiere mucha constancia. La limpieza e hidratación diaria –por la mañana y por la noche–, la exfoliación semanal y el uso de protección solar cada día, incluso en invierno, son los mandamientos básicos para mantener una piel sana.
Pero más allá de esos rituales para mantener la piel en buen estado, las últimas investigaciones están encaminadas a obtener productos que nos permitan luchar contra los signos de la edad. Esa tarea de I+D ha dado como resultado el descubrimiento de ingredientes cuyo número aumenta cada año y cuyo objetivo es regenerar la actividad celular de la piel.
¿Qué lleva un cosmético?
Los cosméticos están formados por sustancias que se engloban en cuatro categorías: excipientes, emolientes, aditivos y principios activos. El excipiente es el vehículo cosmético en el que se disuelven todos los ingredientes y el que va a condicionar su forma de presentación (crema, gel, espuma…). Los emolientes son sustancias empleadas en la elaboración de cosméticos por su gran capacidad de retener agua (aceites y ceras). Los aditivos, los que evitan el deterioro del cosmético (conservantes) o mejoran su aspecto (colorantes, perfumes) y ayudan a conseguir un producto estable, atractivo y más fácil de comercializar Pero el ingrediente más importante es el principio activo, porque es el responsable de realizar la función a la que está destinado el cosmético. Este puede tener origen vegetal, animal o sintético (fabricado en laboratorio). Algunos, muy conocidos, llevan décadas formando parte de los productos cosméticos, pero son los más recientes los que han revolucionado los tratamientos antiedad.
¿Cómo elegirlo?
La eficacia de un cosmético está en relación directa con la calidad del excipiente utilizado en su fabricación y con el porcentaje de principio activo que incluya, que rara vez supera el 3 por ciento de la fórmula.
Para la farmacéutica María Luz García del Toro, directora de comunicación de los laboratorios Arkopharma y Plante System, «un buen tratamiento cosmético debe llevar activos hidratantes (ácido hialurónico, ácidos grasos esenciales de origen vegetales, urea…) y activos regenerantes antiarrugas (aceite de rosa mosqueta, colágeno, células madres vegetales y Coenzima Q10)».
Dependiendo del tipo de molécula o principio activo, el producto se orientará a distintos efectos. «El ácido hialurónico –señala García del Toro- es uno de los componentes fundamentales para mantener la estructura de la piel, porque (hidrata y nutre las fibras. Y, con el colágeno, le aporta firmeza».
Para demostrar los beneficios de los nuevos principios activos, las compañía los prueban in vivo e in vitro. Eso sirve para asegurar la calidad del producto y para garantizar su seguridad (para eso, muchos se formulan libres de conservantes, parabenos o perfumes). Cuando indique que el producto se ha 'testa- do dermatológicamente', significa que antes de ponerse a la venta se ha realizado un estudio de tolerancia para demostrar que es seguro.
Para no equivocarte a la hora de elegir un cosmético, lo mejor es que optes por una crema con un factor de protección solar y que elijas la que incorpore elementos como vitamina C, ácido hialurónico o colágeno. Las que tengan principios activos más agresivos, como los ácidos retinoicos, es mejor que sea el dermatólogo el que nos los recomiende.
Células madre: La última frontera antienvejecimiento
La dermocosmética utiliza en sus productos células madre de procedencia vegetal obtenidas mediante técnicas de biotecnología. Esas células madre son bastante similares a las humanas, pero tienen mayor potencial regenerativo. Los especialistas las denominan _totipotentes_, pues tienen la capacidad de regenerar distintos órganos vegetales (hojas, flores...). Frente a los que dudan de la efectividad de estos principios activos aplicado a los tratamientos cutáneos, la farmacéutica María Luz García del Tororma que su uso en cosmética _se justifica porque estimulan la regeneración y renovación permanente de las células epidérmicas_. Estos componentes retrasan envejecimiento celular, protegen contra estrés oxidativo, regulan los desórdenes la pigmentación, protegen y reparan el daño en el ADN celular producido por el sol estimulan la regeneración de los tejidos. Para García del Toro, las más efectivas son de manzana (que se extraen de una variedad suiza rica en fitonutrientes) y las argán, en este caso por su capacidad de actuar en la dermis.
La eficacia de un cosmético depende de la calidad del excipiente y de la cantidad de sus principios activos
Las estrellas de la cosmética de vanguardia
RESVERATROL
- ¿Qué es? Es un polifenol con gran capacidad de protección de la piel que se encuentra de modo natural en las uvas (y también en sus derivados), en los frutos rojos y en los frutos secos.
- ¿Para qué sirve? Combate el envejecimiento prematuro de la piel y la protege de la acción de los radicales libres. Se le atribuye un alto poder antioxidante (superior al de la vitamina C), lo que ralentiza la oxidación de la piel, además de tener propiedades antiinflamatorias.
- ¿Cómo funciona? Las firmas lo han combinado con un ácido oleico extraído de la oliva que le da carácter lipofílico.
ÁCIDO HIALURÓNICO
- ¿Qué es? Es un polisacárido que se encuentra de manera natural en el cuerpo humano y decrece con el paso del tiempo.
- ¿Para qué sirve? Su función es la de mantener la humedad óptima en la piel y actúa como rellenador de arrugas, alisando la piel. Los efectos a medio plazo se pierden al dejar de aplicarlo porque el cuerpo lo reabsorbe.
- ¿Cómo funciona? Retiene el agua en un porcentaje equivalente a miles de veces su peso. Por eso se emplea para hidratación de la epidermis, ya que reconstituye las fibras que sostienen los tejidos de la piel.
VITAMINAS C Y E
- ¿Qué son? Dependiendo de la utilidad buscada para la crema llevarán una u otra en su fórmula. La vitamina C es una de las más usadas, pues combate los radicales libres (es antioxidante).
- ¿Para qué sirven? La vitamina C inhibe la pigmentación de la piel, activa la producción de colágeno, reafirma la piel y la protege de los rayos UVA y UVB. También aporta luminosidad y tersura, además de mejorar la textura de la piel y reducir las arrugas. La vitamina E forma parte de un buen número de cosméticos por su efecto antioxidante que, además de prevenir el fotoenvejecimiento de la piel, evita el deterioro de la fórmula cosmética.
- ¿Dónde encontrarlas? La vitamina C se encuentra en los cosméticos como el L-ácido ascórbico antioxidante, el ascorbil-6-palmitato y el fosfato magnésico-ascórbico.
COLÁGENO
- ¿Qué es? Es la proteína que se encuentra en mayor proporción en la piel y posee propiedades hidrofílicas (absorbe, almacena y rodea de agua los tejidos), generando un óptimo nivel de hidratación, firmeza y renovación celular. Con los años se va degradando y esto se manifiesta en la deshidratación de la piel, la aparición de las arrugas y líneas de expresión, así como en la pérdida de firmeza y luminosidad del rostro.
- ¿Para qué sirve? Los investigadores han buscado obtener un buen tratamiento a base de colágeno, capaz de ser absorbido por la piel y que mantenga intactas todas sus propiedades.
- ¿Cómo funciona? Cuanto más puro y exento de aditivos sea, más calidad tendrá.
A cada cara, su crema
A medida que cumplimos años, la regeneración celular se ralentiza y nuestros niveles de elastina y colágeno, se reducen. Esta circunstancia y la exposición al sol son las que provocan las arrugas, las líneas de expresión y la pérdida de firmeza del rostro. Cada una de estas circunstancias requiere un tratamiento cosmético particular. De ahí que existan diferentes tipos de productos cosméticos, cada uno con una función.