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Los embarazos en mujeres que ya han cumplido los 35 años son cada vez más frecuentes. Ya no se trata de una excepción: lo habitual es que el primer hijo se tenga en torno a los 30 años y, en el caso de que llegue un segundo –o un tercero, o más–, posiblemente se retrase unos años más, con lo que no es raro que haya madres que deciden tener su segundo o tercer embarazo cerca de los 40 o ya cumplidos.
Aunque en términos estrictamente fisiológicos, el mejor momento para ser madre se sitúa entre los 20 y los 24 años, las españolas tienen el primer embarazo casi a los 31 años de media, y son las europeas que más esperan para tener un hijo. El motivo es que, hoy en día, es en torno a esa edad cuando las mujeres tienen una situación laboral, económica y de pareja más consolidada.
Riesgos posibles
La mayor madurez y estabilidad personal juega a favor de las nuevas mamás, si bien deben ser conscientes de que un embarazo con más de 35 años requiere llevar a cabo determinadas pruebas para detectar los posibles problemas que se asocian con la edad materna. Algunos de estos riesgos pueden ser:
- Aborto en el primer trimestre de embarazo.
- Malformaciones fetales y retraso del crecimiento.
- Síndrome de Down. Las posibilidades de una mujer de tener un hijo con este problema se multiplican si es mayor de 40 años. A los 20 años el riesgo aproximado es de uno de cada 2.000; a los 30, uno de cada 900; a los 35, uno de cada 400; a los 40, uno de cada 100 y a los 45, uno de cada 30.
- Diabetes gestacional, hipertensión y colesterol alto durante el embarazo.
- Parto por cesárea.
- Fibromas (tumores benignos en el útero). No son peligrosos, pero pueden retrasar la gestación si su tamaño es grande. No obstante, está comprobado que si el estado de salud de la embarazada es bueno y recibe una atención adecuada, aumentan considerablemente las probabilidades de que el bebé sea sano y el embarazo se desarrolle con normalidad.
Bajo control
Los ginecólogos y obstetras están de acuerdo en que el embarazo de una mujer mayor de 38 años debe ser vigilado como un embarazo de riesgo, y especialmente si la madre padece hipertensión, diabetes u obesidad. De cualquier forma, las pruebas que se hacen a una madre mayor no difieren mucho de las que se llevan a cabo en los considerados embarazos normales, como ecografías, triple screening bioquímico o amniocentesis –a partir de los 35 años o de los 38 en algunas comunidades autónomas–, entre otras.
Preparadas, listas... ¡Ya!
Tener descendencia es un regalo de la vida y por eso, aunque la edad juega en contra de la mujer, no tendría que tomarse como una carrera. ¿Estás intentando tener un bebé y se está retrasando un poquito? Tómatelo con calma y ten en cuenta estos consejos:
- Si has tomado la píldora anticonceptiva durante años, es recomendable dejar de hacerlo y esperar algunos meses antes de quedarte embarazada. A pesar de que algunos estudios sugerían que utilizar este método anticonceptivo podía retrasar la fecundación, hoy sabemos que no es una causa directa.
- Cuida tu alimentación, incluso antes de estar embarazada. Parece que las dietas bajas en calorías pueden retrasar la fecundación. El tabaco y el alcohol hay que abandonarlos totalmente.
- Haz ejercicio. Estar en forma aumenta las posibilidades de concebir y beneficia el curso del embarazo y el desarrollo del parto.
Dulce espera… ¿Quién dijo miedo?
Actualmente, el seguimiento de los embarazos es muy estricto, y especialmente cuando la futura mamá supera la teintena. Loa adelantos científicos permiten detectar -y, a veces, corregir- anomalías fetales desde épocas muy precoces del embarazo o incluso antes del mismo. Por tanto, si estás esperando un bebé, vive con naturalidad estos meses maravillosos y no dejes que las preocupaciones y temores te impidan disfrutarlos al máximo.
Más optimistas
Según un estudio, las futuras mamás mayores presentan mucha menos angustia durante el embarazo que las gestantes jóvenes, a pesar de que son conscientes de que sus riesgos son más importantes, y consideran esos nueve meses como una de las etapas más felices de su vida.
Además, generalmente también afrontan con más optimismo la tarea de educar a los niños.
Desde los 28 años, la fertilidad en la mujer va disminuyendo poco a poco. A medida que se acerca a los 40, se reduce un 75% o más.