Una ducha suave diaria es lo correcto. Más de una pone en peligro nuestro sistema inmunológico. Esto explicaría por qué están aumentando los casos de alergia. Si quieres estar limpio y protegido, sigue leyendo.

Los casos de alergia han aumentado en los últimos años y lo seguirán haciendo. Hoy, entre el 20 y el 30 por ciento de la población occidental sufre algún tipo de alergia, pero en 2025 hasta el 50 por ciento podría padecerla. Una de las causas de este incremento de las afecciones alérgicas es higiénica: ¿estamos creando un estilo de vida demasiado aséptico? Los alergólogos explican que el cuerpo humano necesita estar expuesto a ciertos gérmenes para desarrollar su respuesta defensiva. Si eliminamos ese contacto, el organismo no desarrolla adecuadamente su sistema de defensa y pueden aparecer respuestas autoinmunes. Esto explica, por ejemplo, por qué los niños criados en granjas o en regiones menos desarrolladas y, por tanto, más expuestos a bacterias, tienen menos alergias. Además, ciertas bacterias son beneficiosas para el organismo y con un exceso de higiene poco selectiva las estamos exterminando. A ello se une el hecho de que el uso excesivo de jabones puede estar alterando las características de la piel y que esta se vuelva menos eficaz a la hora de proteger al organismo de infecciones externas.

Piel desprotegida

La reducción del manto lipídico de la piel puede hacer que aparezcan o se agraven diversas patologías dermatológicas. Es el caso de la dermatitis atópica, una enfermedad que afecta al diez por ciento de los españoles. Aunque existe un componente genético que predispone a sufrir esta enfermedad, los expertos advierten de que el empleo de jabones irritantes, un exceso de lavado o la fricción pueden incrementar la sequedad cutánea, la principal característica de la dermatitis atópica. La Asociación Española de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica (ADEA) no desaconseja la ducha diaria, pero solo debe ser una, empleando agua tibia y «siempre que en los tres minutos posteriores se aplique una crema hidratante». De igual modo, la alteración de esta capa protectora de la piel facilita la aparición de infecciones como la pitiriasis y favorece la aparición de alergias, ya que las pieles con un manto hidrolipídico alterado se vuelven más sensibles.

Sin embargo, tan peligroso puede ser el exceso en el uso de jabones como su ausencia. La Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) también alerta del peligro de algunas modas como la denominada No Poo, una tendencia supuestamente ecológica que aboga por no utilizar champú y sustituirlo por agua, bicarbonato y vinagre. La AEDV considera que estas sustancias irritan el cuero cabelludo y recomienda el uso de champús suaves que no contengan alcohol, perfumes o algunos tipos de conservantes.

¿Sabías que…? Más higiene, más alzhéimer

  • El exceso de higiene podría estar relacionado con la alta incidencia del alzhéimer en los países desarrollados.

  • Según un estudio de la Universidad de Cambridge, un sistema inmunológico poco desarrollado es más proclive a que el cerebro presente una mayor inflamación.

  • Al parecer, un sistema de defensas débil no genera en suficiente cantidad linfocitos del tipo T, unas células esenciales para la función inmunitaria.

  • Según el informe, en los países desarrollados hay un 40% más de casos de alzhéimer que en los más pobres.

  • Sin embargo, el equipo de Cambridge cree que en la incidencia del alzhéimer no se pueden dejar de lado factores como la dieta, la educación y la salud general.

6 pasos para una "ducha 10"

La piel es la primera barrera de defensa del cuerpo contra el ambiente y los gérmenes. Está formada por varias capas y el manto lipídico es una de las más importantes porque retiene el agua de la dermis. Para no dañarlo con la ducha diaria, sigue estos pasos.

Duración:
La ducha no debe superar los diez minutos. Si no, la piel pierde más cantidad de capa lipídica. Y solo en la primera ducha del día debemos usar jabón: si no hay más remedio que hacerlo más de una, debe ser solo con agua.

Temperatura:
El agua debe estar tibia, a una temperatura lo más cercana posible a la del cuerpo (36-37 ºC). A mayor temperatura, la piel pierde hidratación, protección natural y tenderá a resecarse.

Tipo de jabón:
Debe incluir extractos de aceites vegetales para mantener la capa protectora de la dermis, ser hipoalergénicos y respetar el Ph de la piel, que tiene un índice de 5,5. Por eso, nunca debe superar el 6,5.

Cómo aplicarlo:
Aquí debe primar la suavidad. Lo mejor es aplicar el gel con la mano y sin fuertes fricciones sobre la piel. Si prefieres usar una esponja, esta debe ser muy suave.

Secado:
En este apartado debemos ser, de nuevo, muy cuidadosos. Hay que secar la piel de forma suave, sin frotar, con una toalla o albornoz de rizo. Importante: debemos secar muy bien las axilas, las ingles y los pies para evitar la aparición de hongos.

Y después de la ducha, hidratación:
Para que la ducha diaria sea perfecta, no podemos olvidar la hidratación. Una buena crema para cuerpo con aceites y agentes hidratantes restablece la capa lipídica de la piel y le aporta suavidad.

TELÉFONO DE ATENCIÓN

900 818 779

contacto@clubgentesaludable.com

 


SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.

Apdo. Correos 8106

28080 Madrid

El presente sitio web utiliza cookies, propias y de terceros, para la mejora de nuestros servicios y de su experiencia como usuario, así como para ofrecerle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continúa navegando consideramos que acepta su uso.