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La piel del rostro está expuesta día tras día a factores agresivos como el sol, el viento, la contaminación, los cambios de temperatura, la falta de sueño o el estrés. Estos agentes hacen que pierda luminosidad y uniformidad, favorecen la aparición de arrugas, manchas u ojeras, acelerando así su envejecimiento prematuro. Para que la piel pueda hacer frente a las agresiones a las que está sometida, es esencial cuidar de manera intensiva su manto lipídico natural, aportándole la hidratación que necesita.
Cuidados básicos
Para mantener cuidada la piel de la cara, prevenir los temidos signos visibles de la edad antes de que aparezcan o difuminar los que ya han aparecido, no es necesario recurrir a caros tratamientos faciales, pero existen tres hábitos básicos que es imprescindible practicar siempre:
- Mucho líquido: Tenemos que hidratar la piel “por dentro” bebiendo de un litro y medio a dos litros de líquido cada día, preferentemente agua o bebidas naturales (zumos, infusiones…). Esta ingesta de líquido debe aumentarse si se practica ejercicio físico, puesto que la piel –y, en general, todo el organismo– pierde grandes cantidades de agua a través de la sudoración.
- Alimentación completa: Las vitaminas A, B, C y E, y minerales como el selenio, el zinc o el cobre son realmente importantes para la salud y la belleza de la piel. Llevando una dieta variada y equilibrada logramos fácilmente buenos aportes de estos nutrientes esenciales.
- Hidratación con productos adecuados: Desde los veinte años de edad en adelante, y sobre todo en la edad madura (en el caso de la mujer, durante y después de la menopausia), es necesario aplicarse a diario un tratamiento hidratante, que ejercerá como protección ante las agresiones ambientales y contribuirá además a retrasar las huellas del paso del tiempo.
Para que el tratamiento sea completo y eficaz, debemos procurar que los productos que utilicemos estén enriquecidos con agentes nutritivos como colágeno, vitaminas, elastina, etc., que no contenga colorantes ni conservantes artificiales y que tengan una textura agradable y ligera que facilite su aplicación.
El tratamiento perfecto
- Crema de día: Al aplicarse por la mañana, refresca y ayuda al rostro a mantener un adecuado nivel de hidratación durante toda la jornada.
- Crema de noche: Complementa la acción de la crema de día. Favorece el proceso natural de regeneración de la piel, al tiempo que la nutre en profundidad.
- Contorno de ojos: Aporta un efecto calmante, estimula la circulación y previene o atenúa las arrugas, bolsas y ojeras.
- Sérum: Su alta concentración en principios activos permite una reparación profunda de la piel, neutraliza los radicales libres y ayuda a difuminar los signos de envejecimiento.
Todos los tipos de piel (también la masculina) requieren protección a diario. Es esencial para frenar su envejecimiento prematuro.