Muchas personas mayores tienen que tomar a diario un gran número de fármacos, lo cual puede producir interacciones y efectos no deseados. Siguiendo unas pautas sencillas, estos problemas se pueden evitar.

Miguel, de 73 años, tuvo un infarto de miocardio hace años, padece gastritis y bronquitis crónicas, es diabético y este verano le salieron hongos en los pies. En el último mes y medio ha ido a la revisión del cardiólogo, al digestivo, al endocrino, al neumólogo y al dermatólogo, y cada uno de ellos le ha prescrito un medicamento. Pero, además, ha tenido que ir al médico de familia porque le ha empezado a doler una rodilla y le ha puesto también un tratamiento. Y no solo eso: está tomando unas pastillas de hierbas que, según le ha dicho su hermana, van muy bien para dormir del tirón por las noches. 

Este planteamiento es mucho más frecuente de lo que parece y puede resultar en un pequeño desastre. Numerosas personas mayores toman varios medicamentos al mismo tiempo todos los días, y algunos de estos fármacos de manera permanente. ¿Cuáles son los inconvenientes?

Incumplimiento o abandono del tratamiento

Organizarse con las dosis y horarios es una tarea compleja para muchas personas mayores, especialmente si viven solas y/o tienen problemas de tipo cognitivo (demencia, fallos cognitivos avanzados…). Si tienen un gran deterioro físico, puede serles complicado además manipular los medicamentos. Esto hace que a veces se olviden de algunas tomas, no tomen la dosis exacta de medicamento prescrita por el médico o que terminen abandonando el tratamiento, con los riesgos que ello supone para su salud. Aproximadamente la mitad de los pacientes ancianos no realizan correctamente el tratamiento farmacológico que le ha indicado su médico.

Reacciones adversas e interacciones

El envejecimiento facilita, en gran medida, la aparición de reacciones adversas e interacciones entre medicamentos que pueden ser muy peligrosas. De hecho, entre un 7 y un 14% de los ingresos de personas mayores en los hospitales se deben a efectos adversos de medicamentos. Los fármacos que suelen estar implicados en la aparición de efectos adversos en ancianos son las insulinas y los antidiabéticos orales (para tratar la diabetes), los diuréticos, la digoxina (para tratar determinados problemas del corazón), los anticoagulantes y antiagregantes, los antiinflamatorios no esteroideos, así como algunos medicamentos para la tensión y psicofármacos.

En cuanto a las interacciones entre medicamentos, las más habituales son las causadas por diuréticos, antiinflamatorios no esteroideos, tranquilizantes, laxantes y antiácidos. Estas interacciones pueden provocar que tros medicamentos que se toman disminuyan o aumenten su efecto.

Nuestros consejos

  1. No salgas de la consulta del médico sin tener claro cómo, cuándo y cuánto medicamento debes tomar. Si no lo has entendido, pide que te lo vuelvan a explicar.

  2. Puedes hacer un esquema escrito en el que veas a simple vista las dosis y horas a las que tienes que tomar tus medicamentos cada día.

  3. Acude a tu médico si consideras que el medicamento no hace el efecto esperado o si notas cambios negativos en tu salud desde que comenzaste a tomarlo.

  4. No tomes ningún fármaco por tu cuenta, ni siquiera los de herbolario: podrías agravar aún más los posibles efectos adversos o interacciones entre medicamentos.

  5. Organiza tus medicamentos en un pastillero semanal. En algunos centros de salud te pueden facilitar uno.

  6. Escribe en las etiquetas y envases la indicación para la que el médico te ha prescrito cada medicamento.

Fitoterapia y otras medidas

Los médicos están recurriendo cada vez más a la fitoterapia –medicamentos basados en sustancias naturales extraídas de las plantas–, especialmente para tratar a estos pacientes que necesitan tomar un elevado número de medicamentos. Los productos fitoterápicos pueden ser considerados como medicación de primera elección o como coadyuvante de otro tratamiento, ya que, en ambos casos, pueden permitir reducir la administración de medicamentos de síntesis (químicos) y pueden influir a que haya un menor riesgo de interacciones medicamentosas.

Muchos médicos se esfuerzan por disminuir el número de medicamentos que toman sus pacientes, optando por los menos tóxicos y comenzando con dosis bajas. Además, el paciente no debe dejar de acudir a realizarse los controles pertinentes (revisiones, analíticas…). 

Es posible tener una buena calidad de vida aunque tomes medicación para varias dolencias. Sigue las recomendaciones que te damos para cumplir bien tus tratamientos.

 

 

 

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