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Seas hombre o mujer, si notas que tienes menor densidad de pelo en cualquier zona del cuero cabelludo, puedes someterte a un trasplante capilar. "Hoy por hoy, es la única técnica demostrada para aumentar su densidad, ya que los medicamentos lo que hacen habitualmente es mantener la densidad de pelo que ya está presente", explica el doctor Javier Pedraz, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Formas de hacerlo
Existen dos técnicas que varían en la forma de obtener el pelo de la zona donante (la parte posterior del cuero cabelludo).
La técnica de la tira consiste en extraer una zona de piel con pelo en forma de tira de la parte posterior del cuero cabelludo.
Posteriormente, esa tira de piel se divide en unidades foliculares (aisladas) que más tarde se implantan en la zona deseada de la cabeza.
La técnica de F.U.E., por el contrario, consiste en tomar cada unidad folicular de forma individual de la zona posterior o lateral del cuero cabelludo. Después se implantan igualmente en la zona deseada.
Resultados fiables
El pelo trasplantado, como norma general, no se vuelve a caer ya que se comporta como el pelo de la zona de origen, es decir, de la zona posterior del cuero cabelludo. En este sentido, a corto plazo (de 5 a 10 años) el pelo es fácil que no se caiga pero a largo plazo (de 20 a 30 años) es posible que haya una caída mínima, tal y como ocurre con el pelo de esa zona donante.
El precio medio de un trasplante suele ser de unos 5.000 euros. Los precios pueden variar notablemente en función del lugar elegido para realizarlo pero, en una técnica como esta, debes buscar siempre la calidad por encima del valor económico. Sus resultados estéticos te durarán toda la vida, no vale la pena arriesgarse.
En buenas manos
Si estás pensando realizarte un trasplante, asegúrate de que se trata de profesionales con experiencia en el trasplante capilar, preferiblemente dermatólogos. El trasplante capilar es una técnica laboriosa que requiere un aprendizaje, normalmente durante años, para llegar a perfeccionarla al máximo. Además, tiene muchos pequeños detalles que son los que marcan la diferencia a largo plazo y los que van a provocar que el resultado final sea mejor o peor. Aunque no es estrictamente necesario, siempre se aconseja realizar la técnica con sedación, ya que permite una mayor comodidad al paciente a la hora de ser intervenido.